El cansancio que no cede, la dificultad para concentrarse y esas noches en las que el sueño simplemente no llega son experiencias comunes para miles de personas. Aunque solemos culpar al estrés o a la falta de descanso, la ciencia apunta a un factor más profundo: la deficiencia de ciertos nutrientes que intervienen directamente en el sistema nervioso.
Diversos estudios señalan que uno de estos nutrientes tiene un impacto directo en la energía diaria y en la calidad del sueño. Su papel en la producción de melatonina, la hormona que regula los ciclos de descanso, lo ha convertido en un punto clave de investigación para especialistas en salud y bienestar.
Cuando este compuesto falta en el organismo, no solo aparece la fatiga persistente. También pueden presentarse fallas de memoria, irritabilidad y un sueño fragmentado que dificulta la recuperación física y mental.
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¿Cuál es la vitamina que influye en el cansancio y el sueño?
Se trata de la vitamina B12, un nutriente esencial para el sistema nervioso central. La evidencia científica destaca que su presencia favorece la regulación del ritmo circadiano, el mecanismo interno que dicta cuándo debemos estar despiertos y cuándo es momento de dormir. Sin niveles adecuados de B12, la síntesis de melatonina se reduce y el cuerpo pierde parte de su capacidad para alcanzar un sueño profundo.
La B12 también participa en la formación de glóbulos rojos, proceso indispensable para evitar la anemia megaloblástica, una de las causas más frecuentes de cansancio extremo. Además, interviene en la producción de ADN y en la reparación celular, funciones que mantienen activa la capacidad cognitiva y la salud cerebral.
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Cuando esta vitamina escasea, pueden aparecer síntomas como debilidad muscular, lentitud mental y dificultad para procesar información. A largo plazo, la falta de B12 afecta la memoria y puede deteriorar las conexiones neuronales responsables del rendimiento intelectual.
¿Dónde se obtiene y quiénes deben prestar atención?
Los alimentos de origen animal son la principal fuente de vitamina B12. Carnes, pescados, huevos y lácteos aportan las dosis necesarias para la mayoría de los adultos. Sin embargo, algunas personas presentan dificultades para absorberla, incluso con una dieta adecuada. En esos casos, especialistas recomiendan evaluar la suplementación bajo supervisión médica.
Una dieta equilibrada, acompañada de niveles saludables de B12, puede marcar la diferencia entre un día cargado de fatiga y una jornada con energía estable. Además, mejora la calidad del descanso nocturno y favorece un ciclo de sueño más natural.
Con estos hallazgos, queda claro por qué muchos expertos consideran a la vitamina B12 como la vitamina clave para combatir el cansancio y dormir mejor, una aliada silenciosa que puede transformar la manera en que descansamos y enfrentamos el día.
