Dormir bien no es un lujo, sino una necesidad vital. Cada vez más especialistas aseguran que la calidad del sueño está estrechamente ligada con lo que comemos, y que la alimentación puede convertirse en una poderosa herramienta para mejorar el descanso y, por ende, contribuir al cuidado de la salud integral.
Según el Instituto del Sueño AdSalutem y la Fundación Alícia, dos reconocidas instituciones en Barcelona que han trabajado conjuntamente en la publicación del libro “Dime qué comes y te diré cómo duermes”, existe una clara relación entre lo que ingerimos y cómo dormimos.
“Nuestros hábitos y nuestras decisiones con respecto a los alimentos que ingerimos pueden convertirse en nuestros mejores aliados, ayudándonos a dormir más y mejor, uno de los pilares fundamentales del cuidado de la salud”, explicó el Dr. Antoni Esteve, director de AdSalutem.
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Dormir: una tercera parte de nuestra vida y un motor de regeneración
Dormimos, en promedio, un tercio de nuestras vidas. Durante ese tiempo, el cuerpo y la mente se regeneran, se equilibran y se preparan para el día siguiente. Pero el insomnio y otros trastornos del sueño afectan a una gran parte de la población mundial, con serias consecuencias para el bienestar físico, mental y emocional.
Los expertos alertan que la falta de sueño crónica está vinculada con enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, depresión, ansiedad, y un mayor riesgo de accidentes. Por ello, dormir bien no es solo cuestión de descanso, sino también de prevención y cuidado de la salud.
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Alimentos que ayudan a dormir mejor
La evidencia científica muestra que existe una interacción en doble vía entre dieta y sueño. Es decir, lo que comemos afecta cómo dormimos, y dormir mal influye en nuestras decisiones alimentarias.
Componentes como la melatonina (presente en algunos alimentos como cerezas, nueces y avena) ayudan a inducir el sueño. Por el contrario, sustancias como la cafeína (en café, bebidas energéticas y refrescos) pueden dificultar el descanso, disminuyendo la calidad y duración del sueño.
“El sueño es uno de los grandes protectores de nuestra salud física, emocional y mental… influye prácticamente en todos los sistemas del cuerpo humano”, destacan desde AdSalutem y Fundación Alícia.
Además, lo que comemos impacta la microbiota intestinal, la cual regula procesos esenciales como la producción de serotonina y otros metabolitos que influyen directamente en la calidad del descanso.
El poder de la dieta mediterránea y la crononutrición
Para quienes buscan mejorar su sueño desde la alimentación, los especialistas recomiendan adoptar la dieta mediterránea: rica en vegetales, legumbres, cereales integrales, frutos secos, pescado azul y aceite de oliva virgen extra; con bajo consumo de carne roja y alimentos ultraprocesados.
Esta dieta no solo promueve el bienestar general, sino que es ideal para el cuidado de la salud del sistema nervioso y cardiovascular, claves para un sueño reparador.
También entra en juego la crononutrición, una disciplina que estudia cómo la hora en que comemos afecta nuestras funciones biológicas.
“Seguir de manera regular un mismo horario de comidas permite que el cuerpo funcione de forma más eficiente, queme calorías con mayor facilidad y mantenga altos niveles de energía, lo que impacta positivamente en la calidad del sueño”, explican desde ambas instituciones.
¿Cuántas comidas al día para dormir mejor?
La crononutrición no impone un número exacto de comidas. Para algunos, tres al día pueden ser suficientes; otros necesitarán cinco. Lo importante, según los investigadores, es mantener regularidad en los horarios, evitar cenas pesadas y dejar al menos dos horas entre la cena y la hora de dormir.
Asimismo, la rutina alimentaria debe ir acompañada de actividad física regular y un mínimo de 8 horas de sueño por noche, como condiciones básicas para un descanso saludable.
Alimentos clave para un sueño reparador
Entre los alimentos que ayudan a reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y favorecen el sueño, se encuentran:
- Pescado azul (salmón, atún, sardina)
- Nueces y almendras
- Semillas de chía y linaza
- Alimentos ricos en fibra (frutas, verduras, cereales integrales)
Estos productos aportan nutrientes esenciales como triptófano, omega 3 y magnesio, relacionados con la producción de serotonina y melatonina, hormonas clave para inducir el sueño y mantenerlo.
Si se busca un enfoque integral para mejorar el bienestar, es momento de mirar hacia el plato, porque en él puede estar la clave para lograr una noche de descanso profundo y restaurador, fundamental para el cuidado de la salud.
Con información de EFE.
