A veces no comemos debido al hambre físico o porque la vista o el aroma de un plato nos atraigan y estimulen nuestro apetito, sino que ingerimos los alimentos debido a una avidez psicológica generada por la ansiedad o el estrés, pero ¿cómo frenar este impulso? Conoce las claves de los expertos.
“Come esto y descarta aquello. Cuenta las calorías de los alimentos. Haz más ejercicio. Esfuérzate todo lo que puedas. ¿Cuántos de estos mensajes dietéticos nos han hecho sentir culpables por nuestra dificultad a la hora de intentar aplicarlos para gestionar nuestra forma de comer?”, reflexiona el doctor Judson Brewer, un reconocido psiquiatra estadounidense.
Claves para frenar el impulso de comer por ansiedad o estrés
Reemplaza malos hábitos por buenos
El doctor Brewer, especialista en abuso de sustancias y trastornos alimenticios, está en desacuerdo con los enfoques de la dieta rígidos y restrictivos y propone como alternativa un programa de 21 días para mejorar nuestra relación con la comida basado en la neurociencia.
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Su método, que describe y explica en su libro ‘Comer sin hambre’, nos enseña a trabajar con nuestro cerebro en lugar de luchar contra los antojos; a identificar y reiniciar los detonantes de los atracones de comida; y a remplazar los malos hábitos por otros buenos, partiendo de la recuperación de nuestro bienestar interior y del conocimiento de nosotros mismos.
Autorreflexión
Considera que la solución a nuestros problemas con la comida no tiene nada que ver con seguir reglas dietéticas estrictas y señala que el primer paso de dicha solución consiste en que cada uno pueda responder con claridad a la anterior pregunta sobre dónde se origina el impulso de comer, lo cual requiere un proceso de reflexión y autoconocimiento por parte de la persona.
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Aplica los principios de “Aikido”
¿Qué podemos hacer para desactivar un impulso de comer repentino y especialmente intenso?, Brewer señala que “puede parecer irónico, pero no podemos desactivarlo”.
“Cuanto más tratamos de cambiar un impulso a la fuerza, más difícil es. Lo que se resiste, persiste, ¿no? Esto se aplica también a los antojos, a estos impulsos de comer. Cuanto más empujamos, más fuerza hacen para quedarse”, recalca.
Brewer recomienda aplicar uno de los principios del ‘aikido’, un arte marcial japonés que se basa en la defensa no violenta, consistente en utilizar la fuerza de nuestro adversario (en este caso, el antojo, el impulso) a salud.
Ahora que ya conoces las claves de expertos para frenar el impulso de comer por ansiedad o estrés, tómalas en cuenta para controlarlo y lograr una vida en equilibrio.
Con información de EFE.