Aunque es ampliamente conocido que el sueño es fundamental para la supervivencia humana, la forma en la que lo hacemos también juega un papel crucial en nuestra salud.
Estudios recientes realizados por la Clínica Mayo, en Estados Unidos, han destacado que la falta de descanso adecuado puede tener consecuencias significativas en nuestro sistema inmunológico.
Las investigaciones han revelado que las personas que carecen de horas de sueño de calidad o no duermen lo suficiente tienen una mayor susceptibilidad a enfermarse después de estar expuestas a virus, como el resfriado común.
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El estar despierto durante horas prolongadas puede influir en la velocidad de recuperación frente a una enfermedad.
Durante la noche, el sistema inmunológico segrega proteínas denominadas citocinas. Estas suelen incrementarse durante los episodios de malestar, inflamación o estrés. La carencia del sueño, puede reducir su producción y las defensas.
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Además, los niveles de anticuerpos y células que combaten infecciones disminuyen.
En consecuencia, contar con un adecuado descanso es fundamental para hacer frente a enfermedades infecciosas ya que, además, reduce el riesgo de padecer obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares.
¿Cuántas horas necesitamos?
La cantidad ideal para la mayoría de los adultos es de siete a ocho horas de descanso de calidad por noche, mientras que los adolescentes necesitan de nueve a 10 horas y los niños en edad escolar requieren 10 o más horas de sueño.
Sin embargo, obtener más horas no siempre es beneficioso. En adultos, esto puede resultar en un sueño de baja calidad, lo que incluye dificultades para conciliarlo o mantenerlo durante la noche.
No obstante, esto puede variar también de una persona a otra. Si bien hay recomendaciones generales sobre cuántas horas se debe de dormir, la cantidad ideal puede depender de factores individuales como la edad, el nivel de actividad física, la salud general y el nivel de estrés.