Un nuevo estudio científico ha descubierto que un subproducto generado durante la elaboración del aceite de oliva podría tener un impacto significativo en el cuidado de la salud, al reducir la inflamación y mejorar el daño oxidativo en el organismo. Este hallazgo refuerza el papel clave del aceite de oliva en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las cardiovasculares.
El aceite de oliva, conocido como “oro líquido”, ha sido ampliamente valorado por sus efectos positivos en el organismo. De acuerdo con la Fundación Española del Corazón, su consumo regular ayuda a controlar la presión arterial, reducir el colesterol “malo” (LDL), aumentar el “bueno” (HDL) y prevenir la aparición de la diabetes.
“Los polifenoles son sustancias conocidas por su poder antiinflamatorio y antitrombótico. Ejercen un efecto cardioprotector frente a la arteriosclerosis”, explica la Fundación, destacando el valor del aceite de oliva virgen extra frente al refinado.
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Nuevo hallazgo: el poder del hidroxitirosol
El avance más reciente en este campo proviene de un estudio publicado en la revista Clinical Nutrition, coordinado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas (CIBERDEM), junto con el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN-CSIC). Este equipo analizó los beneficios de un extracto de alperujo —un subproducto del aceite de oliva— rico en hidroxitirosol, un potente antioxidante natural.
El ensayo clínico incluyó a 49 personas con sobrepeso y prediabetes, quienes fueron divididas aleatoriamente en dos grupos: uno recibió un placebo, y el otro, 15 mg diarios de hidroxitirosol durante 16 semanas. Los resultados fueron reveladores.
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Menor inflamación y riesgo cardiovascular
Según los investigadores, los pacientes que tomaron el suplemento mostraron una reducción significativa en los niveles de oxLDL (lipoproteínas oxidadas de baja densidad), un biomarcador directamente vinculado con enfermedades cardiovasculares. Además, se observó una disminución de la IL-6, una citoquina proinflamatoria, y una mejora general en el estado oxidativo de los participantes.
“Este estudio nos permite avanzar en el conocimiento del hidroxitirosol como suplemento en personas con riesgo metabólico, y pone en valor su recuperación a partir de subproductos de la aceituna, fomentando la economía circular”, afirmó Raquel Mateos, investigadora del CIBERDEM e ICTAN-CSIC.
Este estudio respalda una estrategia alimentaria que coloca al aceite de oliva y sus derivados como herramientas fundamentales en el cuidado de la salud, especialmente para personas con factores de riesgo metabólico. En combinación con una dieta equilibrada, actividad física y control médico, el hidroxitirosol se perfila como un aliado importante en la prevención de patologías asociadas al envejecimiento.
Con información de EFE.