Dormir una siesta puede ser más beneficioso de lo que imaginamos, siempre y cuando se cumpla con la duración adecuada.
La NASA investigó este hábito desde hace décadas para aplicarlo en sus misiones, donde pilotos y astronautas enfrentan jornadas de hasta 16 horas y necesitan mantener el máximo nivel de concentración. Su interés era encontrar un tiempo que garantizara descanso sin afectar la operación.
¿Cuántos minutos recomienda la NASA para la siesta perfecta?
De acuerdo con un estudio realizado en 1995, los pilotos que durmieron siestas de 26 minutos lograron mejorar en un 54 por ciento su estado de alerta y en un 34 por ciento su rendimiento laboral, lo que se tradujo en misiones más seguras y efectivas.
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La investigación reveló que con solo pasar por las dos primeras fases del sueño (aproximadamente entre 10 y 20 minutos) es suficiente para recuperar vitalidad sin llegar a un descanso demasiado profundo que cause desorientación al despertar.
¿Qué dicen otras instituciones médicas?
Este hallazgo coincide con lo recomendado por la Escuela Médica de Harvard y la Clínica Mayo, que sugieren una duración mínima de 20 minutos y un máximo de 30 para obtener los beneficios de la siesta sin afectar el sueño nocturno.
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Además, especialistas señalan que una siesta corta puede ayudar a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar la productividad en ambientes laborales exigentes o durante jornadas de estudio prolongadas. También es útil para mantener la memoria activa y la concentración en tareas complejas.
Con base en estas investigaciones, la NASA concluyó que la siesta ideal debe durar exactamente 26 minutos, pues ofrece un equilibrio entre descanso y recuperación sin alterar el sueño nocturno. Esta práctica, respaldada por la ciencia, puede convertirse en una herramienta clave para mejorar el bienestar físico y mental en la vida diaria.
