El bruxismo es un trastorno frecuente y, muchas veces, silencioso, que afecta a personas de todas las edades. Se manifiesta como un movimiento involuntario, rítmico e intenso de los músculos de la masticación, que lleva a apretar o rechinar los dientes, especialmente durante el sueño.
Este hábito puede pasar desapercibido durante mucho tiempo, pero sus consecuencias son visibles: desgaste del esmalte, dolor mandibular, cefaleas, alteraciones en la articulación temporomandibular (ATM) y trastornos del sueño.
¿Qué provoca el bruxismo nocturno?
Según la Clínica Universidad de Navarra (CUN), el bruxismo puede estar relacionado con múltiples factores físicos, psicológicos y conductuales. Entre las principales causas se encuentran:
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- Estrés mental: La tensión acumulada se puede liberar durante la noche en forma de presión mandibular.
- Personalidad ansiosa o hiperactiva: Algunas personas aprietan los dientes inconscientemente al concentrarse o como una respuesta al nerviosismo.
- Sustancias estimulantes: El consumo de cafeína, alcohol, tabaco o ciertos medicamentos (como algunos antidepresivos) pueden detonar o agravar el problema.
- Mala alineación dental: Una mordida incorrecta puede generar un esfuerzo inconsciente por “encajar” los dientes.
- Trastornos del sueño: Problemas como insomnio, apnea o terrores nocturnos pueden influir en el nivel de tensión muscular mientras se duerme.
Amanda Dutruc, farmacéutica de la plataforma Dosfarma, advierte que el bruxismo “puede convertirse en un auténtico problema, pero es difícil darse cuenta porque lo experimentamos sin ser conscientes de ello. En cambio, sus consecuencias son muy visibles y pueden llegar a ser graves, especialmente en los dientes”.
¿Cómo prevenir o reducir el bruxismo?
Dutruc y su equipo señalan que, si bien no existe una cura definitiva, sí hay medidas efectivas para prevenir, controlar y mitigar los efectos del bruxismo:
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1. Visitas regulares al dentista
El diagnóstico temprano es clave. Un tratamiento común es el uso de férulas de descarga, protectores dentales diseñados para evitar el choque entre dientes y permitir la relajación de los músculos faciales.
2. Reducir el consumo de alcohol, cafeína y tabaco
Estas sustancias pueden alterar el sueño y provocar tensión muscular durante la noche.
3. Evitar el chicle y el mordisqueo inconsciente
Masticar constantemente (chicles, lápices, uñas, etc.) aumenta la carga sobre la mandíbula.
4. Cuidar la postura y realizar estiramientos
Mantener una correcta alineación del cuerpo y practicar ejercicios guiados por un fisioterapeuta puede reducir la tensión muscular.
5. Aplicar calor o frío en la zona mandibular
La termoterapia ayuda a relajar o desinflamar los músculos afectados, según la molestia que se presente.
El papel del estrés y la salud mental
Durante la pandemia por COVID-19 se registró un aumento en los casos de bruxismo, debido al estrés, la incertidumbre y los cambios en la calidad del sueño. El manejo del estrés, por tanto, se vuelve esencial en la prevención.
“Practicar la relajación y mantener hábitos de vida saludables ayudará a mejorar la salud de la mandíbula y los músculos”, puntualiza Dutruc.
Aunque muchas veces invisible, el bruxismo puede causar daños significativos si no se detecta y trata a tiempo. Una combinación de diagnóstico profesional, cambio de hábitos y cuidado de la salud mental puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de quienes lo padecen.
Con información de EFE.
