Una actividad física recomendada por los especialistas es la caminata, siendo un ejercicio muy popular en el mundo y empleado incluso para procesos de rehabilitación de pacientes.
Su popularidad recae en cierta manera en que es sencillo, accesible y eficaz; además de que tiene beneficios para la salud como: reducir el riesgo de padecer afectaciones como la ansiedad, depresión, diabetes, e incluso algunos tipos de cáncer.
En un artículo, The New York Times publicó su conversación con la fisióloga del ejercicio e investigadora posdoctoral, Alyssa Olenick.
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La investigadora del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado señaló que para los caminadores, una vez se acostumbran a ese ritmo pueden desear acelerar el paso.
Por lo que su caminata diaria puede pasar a ser una carrera, con lo que los deportistas tendrán beneficios físicos y mentales, en mucho menos tiempo.
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¿Qué es mejor: caminar o correr?
La experta en salud indicó que al considerar los beneficios entre ambas actividades, se debe tomar en cuenta dos factores: el efecto de entrenamiento en tu condición física y el resultado positivo final.
El diario comenta que el criterio de referencia para la evaluación de a condición física es el VO2 máx, que es el nombre que se da a la cantidad de oxígeno que usa el cuerpo cuando se haya en medio de un ejercicio intenso.
Además, también se considera un buen indicador de la esperanza de vida, según apunta Allison Zielinski, cardióloga deportiva del Instituto Cardiovascular Bluhm de la Facultad de Medicina de la Universidad Northwestern.
El VO2 máx se presenta en diferente medida en cada actividad física, desde la caminata lenta hasta los mayores desafíos para la condición de una persona.
Olenick comenta que los estudios sugieren que la actividad física moderada fortalece el corazón y crea nuevas mitocondrias, y esto se logra cuando al ejercitarse se puede conversar, pero no cantar, como referencia.
Duck-chul Lee, profesor de Epidemiología de la actividad física de la Universidad Estatal de Iowa, apunta que correr es más eficiente que caminar, no sólo por la velocidad, sino porque también implica realizar una serie de saltos, que aumentan el esfuerzo.
Al respecto, Olenick explica que además de mayor fuerza, se requiere de más energía y potencia; además para la gran parte de los principiantes implica que el corazón y pulmones trabajen más.
Si bien las normas de salud de Estados Unidos recomiendan hacer entre 150 y 300 minutos semanales de actividad aeróbica de intensidad moderada, o la mitad en caso de ser actividad vigorosa; se pensaría que el correr es el doble de caminar.
Pero en lo que respecta al resultado clave que apunta a la longevidad, estudios sugieren que puede ser incluso más eficaz que esa proporción.
Así correr, de acuerdo con la ciencia, es una mejor actividad física que caminar, por tener mejores y más eficientes resultados para la salud de quienes lo practican.