Van más de 100 días desde que Rusia inició su ofensiva contra Ucrania, un evento que dejó perplejo al mundo, pero más a Europa pues la guerra tocó a sus puertas. Esta guerra obligó a los países de la Unión Europea a repensar sus estrategias de seguridad lo que, naturalmente, los llevó a buscar fortalecer la alianza militar de la cual depende su seguridad, es decir, la OTAN. En este momento –y desde ayer— se lleva a cabo en Madrid la Cumbre de la OTAN y lo más relevante es que Türkiye retiró el veto a Finlandia y Suecia.
Previo al inicio de la Cumbre de la OTAN, tras una reunión de varias horas, el martes se firmó un memorándum trilateral en el que Finlandia y Suecia abandonaron su neutralidad histórica y con el que Türkiye logró satisfacer sus demandas relacionadas con los kurdos pertenecientes a la PKK y la YPG y, a la posibilidad de adquirir armas de los países nórdicos.
Visto desde cierta óptica, Türkiye es un aliado poco probable: un país asiático, con mayoría musulmana y con un régimen que se inclina cada vez más hacia el autoritarismo. Sin embargo, la ubicación estratégica de Türkiye le convierte en un actor geopolítico relevante con el cual es preferible buscar alianzas; tal como lo hizo la OTAN al sumarlo a su organización en 1952.
Te podría interesar
Para la Unión Europea y la OTAN, Türkiye es un aliado que cuida de su frontera sureste, por lo que, sabiendo de las limitaciones de esta alianza, la nación turca ha actuado de forma calculadora para velar por sus propios intereses y ha jugado sus cartas de forma estratégica para convertirse en un actor capaz de reaccionar ante los eventos que ocurren o puedan ocurrir en las regiones aledañas. Ya que, como lo han demostrado la historia y la experiencia, es precisamente esta ubicación estratégica la que puede acarrearle consecuencias adversas si estalla un conflicto en el Medio Oriente, en Europa oriental o con Rusia.
De esta manera, Türkiye comenzó a ampliar sus estrategias desde hace años y decidió adoptar el poder duro desafiando a las potencias con las que se alió. Cuando los EE. UU. se negaron a venderle aviones de combate, Erdogan no dudó en hacer negocios con Rusia en 2017 y, pese a las advertencias estadounidenses y de la OTAN en 2021, Erdogan expresó su interés en adquirir más armamento ruso. Pero esto tampoco debe leerse como que Türkiye es un aliado de Rusia, pues años antes, Türkiye derribó un avión militar de esta nación que entró en su espacio aéreo sin autorización.
Te podría interesar
Türkiye y los demás países de la OTAN, más que aplicar el poder duro, deben de ser maestros del poder inteligente, para que su relación –de tradición utilitaria— siga rindiendo frutos. Como mencionó Wendy Sherman, subsecretaria de EE. UU., Türkiye es un aliado valioso para la OTAN, pese a que veces es un reto para ambas partes.
Jeziret Gallardo
Instagram @jeziret.gallardo
Twitter @JeziretGallardo
sgeo.jeziret@gmail.com