El jefe de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), Martí Batres Guadarrama, anunció la aprobación de la iniciativa de reforma para el aprovechamiento de agua de lluvia, lo que traerá amplios beneficios a los habitantes de la capital.
Durante el evento en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, sostuvo que con esta aprobación se sientan las bases no sólo legales sino constitucionales en materia de captación de agua pluvial con beneficios directos.
“Con este plan de largo plazo puede llegarse a captar la cuarta parte de lo que hoy obtenemos por los pozos de extracción de agua en la Ciudad de México, lo cual implica beneficios de diversa índole", expresó.
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“Por un lado se trata de un caudal de agua adicional, pero por otro lado también nos permite disminuir la presión que se tiene sobre los mantos freáticos sobre el acuífero de la Ciudad de México y del Valle de México, eso nos ayuda mucho, están ya las bases constitucionales, no sólo legales sino constitucionales o sea que es un mandato fuerte e importante para la ciudad para los próximos años”, añadió.
¿Cómo beneficia la reforma de aprovechamiento de agua de lluvia en CDMX?
Sostuvo que esta aprobación y modificación a la Constitución local, se convierte en un instrumento estratégico de largo plazo para dotar a la Ciudad de México de una afluente adicional de agua.
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Recordó que la capital se alimenta de los pozos y manantiales, así como de sistemas externos como el Cutzamala y Lerma.
La secretaria de Medio Ambiente de CDMX, Marina Robles García, explicó que también se ha avanzado con la instalación de 67 mil 244 cisternas para cosecha o captación de agua de lluvia en domicilios de colonias con más dificultades económicas y de abasto de agua.
El programa de cosecha de agua fue más allá y se instalaron estos sistemas en escuelas públicas de nivel primaria y secundaria de la capital.
“Llevamos ahora mil 454 escuelas en donde hemos instalado sistemas de cosecha de lluvia 91 por ciento de la meta que nos establecimos”, subrayó.
Dichos sistemas, dijo, disminuyen el consumo de energía, el uso de combustibles y por lo tanto de contaminantes, lo que mejora las condiciones de la calidad del aire y disminuye los gases que van a la atmósfera alta que provocan el cambio climático.