Si estás planeando una escapada a Yucatán y quieres explorar un rincón mágico alejado de las multitudes, el Cenote Kankirixché es una excelente opción.
Ubicado en la comunidad de Abalá, a solo una hora al sur de Mérida, este cenote semiabierto te regala una experiencia única entre aguas cristalinas, formaciones rocosas impresionantes y un entorno natural que te conecta con la tierra maya.
¿Qué significa el nombre del cenote Kankirixché?
De acuerdo con la Secretaría de Turismo, el nombre Kankirixché significa “fruta amarilla del árbol” en lengua maya, y hace honor a la riqueza cultural de la región.
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Para acceder al cenote, es necesario descender aproximadamente 15 metros a través de una escalera que te lleva directo a un mundo subterráneo rodeado de estalactitas, estalagmitas y raíces que se entrelazan en las paredes de piedra.
Una vez dentro, puedes nadar en sus aguas turquesa o, si eres más aventurero, sumergirte en sus profundidades con la guía de buzos certificados.
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Uno de los momentos más especiales del día ocurre cuando el sol está en su punto más alto: los rayos atraviesan la abertura del cenote creando un espectáculo de luces que transforma todo el lugar.
Para no perdértelo, te recomendamos preguntar a tu guía cuál es la mejor hora para vivir esta experiencia visual.
¿Cómo llegar al Cenote Kankirixché?
Según Cenotes World, desde Mérida, dirígete hacia la zona arqueológica de Uxmal. Al llegar al poblado de Abalá, sigue unos 7 kilómetros rumbo a la hacienda Mucuyché de Peón.
Antes de llegar, verás una desviación a la izquierda que te lleva por un camino de terracería de unos 2 kilómetros hasta el cenote. El acceso es económico, con un costo de entrada de apenas $60 pesos mexicanos.
El Cenote Kankirixché es una muestra más de por qué Yucatán es uno de los destinos favoritos para los amantes de la naturaleza, el ecoturismo y la historia ancestral. No olvides llevar traje de baño, calzado cómodo y respetar el entorno natural para ayudar a conservar este paraíso escondido.