En la era digital, los jóvenes crecen inmersos en un mundo de redes sociales, donde cada acción es observada, comparada y evaluada. Estas plataformas, diseñadas para conectar, también se han convertido en un riesgo silencioso para su salud mental, contribuyendo al aumento de la ansiedad, la depresión y el aislamiento social.
Los nativos digitales han construido su identidad en un escenario virtual. La paradoja es evidente: están más conectados que nunca, pero experimentan una creciente sensación de soledad. La exposición constante a comparaciones y la presión de la interacción en línea han generado una epidemia silenciosa que afecta su bienestar psicológico.
Jóvenes, ansiedad y depresión: cómo las redes sociales afectan la salud mental
Un estudio global de Sapiens Labs con 28.000 jóvenes revela que recibir un primer dispositivo móvil a edades tempranas se relaciona con mayores problemas de salud mental. Por ejemplo, el 42% de los niños y el 74% de las niñas que recibieron un “smartphone” a los 6 años enfrentaron dificultades emocionales, frente a un 36% y 46% de quienes lo recibieron a los 18 años.
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En Estados Unidos, el 95% de los adolescentes entre 13 y 17 años utilizan al menos una red social regularmente, y uno de cada tres de manera constante. Según el informe ‘Social Media and Youth Mental Health’ del U.S. Surgeon General, dedicar más de tres horas diarias a estas plataformas duplica el riesgo de depresión y ansiedad en los adolescentes. Datos del CDC muestran que el 42% de los estudiantes de secundaria experimentan tristeza persistente, cifra que aumenta al 57% entre las chicas.
En España, el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad detecta que el 11,3% de los jóvenes entre 15 y 24 años presentan un uso compulsivo de servicios digitales. En el grupo de 12 a 16 años, esta cifra asciende al 33%. Un estudio de la Universidad Pompeu Fabra y la Universitat Oberta de Catalunya señala que uno de cada cinco adolescentes dedica más de dos horas diarias a TikTok, con un impacto negativo en su autoestima y niveles de estrés.
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En América Latina, los jóvenes también pasan largas horas en línea. Un informe de Comscore indica que los usuarios de 18 a 24 años en Brasil dedican 48 horas al mes a las redes sociales, más del doble que el promedio general, mostrando cómo la dependencia digital trasciende fronteras.
El aislamiento es otra consecuencia preocupante. Jóvenes que usan las redes sociales más de dos horas al día tienen el doble de probabilidades de sentirse socialmente aislados. Fenómenos como el FOMO (“Fear Of Missing Out”) y la NOMOFOBIA (“No Mobile Phobia”) intensifican esta sensación de reclusión digital.
Expertos como Elizabeth Miller y Brian Primack, de la Universidad de Pittsburgh, advierten que la salud mental de los adolescentes está en niveles epidémicos. Informes adicionales de España revelan que el 9,4% de los jóvenes recorta el tiempo que pasa con amigos de manera presencial, reforzando la preocupación sobre la desconexión social.
La comunidad médica internacional ha alertado sobre el problema. Vivek Murthy, director general de servicios de salud de Estados Unidos, señaló: “casi todos los adolescentes usan redes sociales, y aun así no tenemos evidencia suficiente para concluir que son seguras para ellos”.
En plena era digital, la exposición a las redes sociales puede ser beneficiosa si se maneja con conciencia, educación y límites adecuados. La clave está en equilibrar el tiempo en línea con la vida real, fomentando la interacción presencial y la salud emocional de los jóvenes.
Con información de EFE.
