A partir de los 30, nuestro cuerpo comienza a cambiar de manera natural. El metabolismo se ralentiza, la producción de colágeno disminuye y aparecen las primeras arrugas. Sin embargo, muchos de estos cambios pueden acelerarse o retrasarse dependiendo de los hábitos que llevemos.
Todos los que tengan 30 años o más, podrán confirmar que recién cumplida esta etapa, el cuerpo deja de ser el mismo a cuando se era veinteañero. Es normal, pero la mayoría de las personas no sabe qué cuidados tener cuando van se van haciendo más adultos.
Por ello, si estás en este ciclo de la vida, te diremos qué hábitos es posibles que estés haciendo y que te están repercutiendo, sobre todo, en materia de envejecimiento.
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Mala alimentación
Una dieta rica en alimentos procesados, azúcares refinados y grasas saturadas promueve la inflamación en el cuerpo, lo que daña las células y acelera el envejecimiento.
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Por otro lado, una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras proporciona los nutrientes que el cuerpo necesita para mantenerse sano y retrasar los signos del envejecimiento.
Falta de sueño
Durante el sueño, el cuerpo se repara y se renueva. No dormir lo suficiente interfiere con este proceso y puede provocar la aparición de arrugas, ojeras y otros signos de envejecimiento prematuro. Se recomienda dormir entre 7 y 8 horas por noche para una salud óptima.
Fumar
El tabaco contiene más de 7 mil sustancias químicas que son tóxicas para el cuerpo. Fumar daña la piel, los pulmones, el corazón y otros órganos, lo que acelera el envejecimiento y aumenta el riesgo de enfermedades graves.
Exposición excesiva al sol
La luz ultravioleta del sol daña las células de la piel y provoca la aparición de arrugas, manchas y cáncer de piel. Es importante protegerse del sol usando protector solar, ropa protectora y sombreros, especialmente durante las horas pico de sol.
Sedentarismo
La falta de ejercicio físico debilita los músculos y los huesos, aumenta el riesgo de enfermedades crónicas y acelera el envejecimiento.
Se recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana.
Estrés crónico
El estrés crónico libera hormonas que dañan las células y aceleran el envejecimiento. Es importante encontrar maneras de manejar el estrés, como la meditación, el yoga o pasar tiempo en la naturaleza.
Consumo excesivo de alcohol
El alcohol deshidrata la piel y daña el hígado, lo que acelera el envejecimiento. Se recomienda moderar el consumo de alcohol o eliminarlo por completo.
Cuidado de la piel deficiente
La piel necesita hidratación y protección para mantenerse sana y joven. Es importante usar un limpiador facial suave, un humectante y un protector solar todos los días.
Recuerda que, si llevas un estilo de vida saludable, puedes retrasar los signos del envejecimiento y disfrutar de una vida más larga y plena, sobre todo si ya tienes 30 años.