Un hábito comúnmente practicado en muchas cocinas es lavar el pollo crudo antes de cocinarlo, esto con el fin de que la preparación de alimentos sea segura y saludable; sin embargo, esta práctica puede representar un riesgo significativo para la salud.
Expertos en salud pública y organizaciones líderes en el campo de la seguridad alimentaria advierten sobre los peligros asociados con esta costumbre, ya que existe la creencia errónea de que eliminará las bacterias y contaminantes superficiales.
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) advierte que lavar el pollo crudo puede propagar bacterias peligrosas, como la salmonela y la campylobacter, a través de salpicaduras de agua contaminada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también desaconseja enérgicamente esta práctica, señalando que el contacto con el agua y el pollo crudo puede contaminar las superficies cercanas, utensilios de cocina y manos del cocinero, aumentando así el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
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El Dr. Alejandro Gómez, epidemiólogo de la Organización Mundial de la Salud, enfatiza: "Lavar el pollo crudo es una práctica peligrosa que puede tener consecuencias graves para la salud. Las bacterias presentes en el pollo pueden esparcirse fácilmente por la cocina y causar enfermedades gastrointestinales graves, especialmente en poblaciones vulnerables como niños pequeños, personas mayores y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados".
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informa que las enfermedades transmitidas por los alimentos afectan a millones de personas cada año en todo el mundo, con consecuencias que van desde molestias estomacales hasta enfermedades graves e incluso la muerte. La manipulación inadecuada de alimentos crudos, como el pollo, es una de las principales causas de estas enfermedades evitables.
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Ante estas advertencias de expertos en salud pública, es importante que los consumidores adopten prácticas seguras en la manipulación y preparación de alimentos.
¿Cómo puedo manipular el pollo?
En lugar de lavar el pollo crudo, se recomienda cocinarlo a una temperatura interna segura, que generalmente es de al menos 165 grados Fahrenheit (75 grados Celsius). Este enfoque garantiza la destrucción de cualquier bacteria dañina, asegurando así una comida segura para usted y su familia.