Imagina poder crear un eclipse solar sin depender del movimiento de la Luna o de los astros en el cielo. Pues eso es justamente lo que han logrado un par de satélites europeos, que desde el espacio están generando sombras similares a las que provocan un eclipse, pero de manera artificial y controlada. Es un salto enorme en la forma en que entendemos y manipulamos los fenómenos naturales.
La Agencia Espacial Europea está detrás de un proyecto llamado Proba-3 que logró algo impresionante: observar la corona solar, esa luz intensa que rodea al sol, de una forma mucho más clara y durante más tiempo que nunca. Estudiarla es fundamental para entender mejor el sol, pero como solo se puede ver claramente durante los eclipses solares, que son poco comunes y breves, esta nueva técnica permite observarla cuando se quiera y por más tiempo.
De esta manera, se abren nuevas puertas para que los expertos puedan descubrir más secretos sobre esta enorme estrella y su comportamiento, pues en lugar de esperar a que se alinee con la Luna y la Tierra para que ocurra un eclipse solar, estos satélites pueden simular ese bloqueo de la luz solar.
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¿Cuál es la tecnología que hace posible un eclipse desde el espacio?
Para lograrlo, dos satélites viajan juntos a más de 60 mil kilómetros de altura sobre la Tierra, manteniendo una distancia súper precisa entre ellos, tan exacta que la separación apenas cambia el tamaño de una uña. Esta precisión es fundamental para que uno de los satélites pueda bloquear la luz del sol, tal como lo hace la Luna durante un eclipse natural.
El primer satélite funciona como un escudo que tapa el sol, mientras que el segundo lleva un telescopio que observa la corona solar, esa capa brillante que normalmente no podemos ver porque el sol es demasiado intenso. Para que este “truco” funcione, los satélites se alinean con ayuda de GPS, láseres y señales de radio, y todo sucede de forma automática, sin que alguien los controle en tiempo real.
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¡Hemos creado nuestro propio eclipse solar en el espacio! Hoy publicamos las primeras imágenes de nuestra misión Proba-3, que envía dos naves espaciales en formación precisa para crear eclipses solares artificiales en órbita.
Lo que Proba-3 ha conseguido y por qué es un gran avance para la ciencia solar
Desde su lanzamiento a finales del año pasado, la misión Proba-3 ha logrado crear 10 eclipses solares exitosos artificiales desde marzo, sorprendiendo incluso a los científicos involucrados en el proyecto. Andrei Zhukov, del Real Observatorio de Bélgica, comentó que al ver los primeros resultados no podía creer la precisión con la que esto funcionaba.
Mediante un potente instrumento llamado coronógrafo, Proba-3 nos permite observar la corona solar, su atmósfera exterior ultracaliente, lo que nos ayuda a comprender el clima espacial de una forma que no podemos comprender desde la Tierra
Estos eclipses pueden durar hasta cinco horas, una duración muchísimo mayor que la de un eclipse natural, que apenas se extiende unos minutos. Por ello, el equipo espera pronto alcanzar las seis horas de eclipse controlado para ampliar aún más sus observaciones.
En los próximos dos años, los satélites han planeado realizar cerca de 200 eclipses artificiales, acumulando más de mil horas de observación solar continua. Esto representa una gran oportunidad para la comunidad científica, que podrá obtener información valiosa sobre el sol como nunca antes.
