El cielo nunca había sido tan transparente… al menos para la ciencia. A poco más de tres meses de su lanzamiento, el satélite Copernicus Sentinel-5A acaba de compartir sus primeras imágenes de gases atmosféricos, y lo que revelan marca un antes y un después en el monitoreo global de la calidad del aire.
Desde mapas detallados del ozono a escala mundial, hasta concentraciones de dióxido de nitrógeno en Medio Oriente y Sudáfrica, pasando por formaldehído en regiones de África y las emisiones de dióxido de azufre de un volcán activo en Rusia, el satélite está demostrando por qué su misión es clave para el futuro del planeta.
¿Qué hace especial al Sentinel-5A?
Sentinel-5A es un espectrómetro de imágenes de última generación instalado en el primer satélite meteorológico MetOp de segunda generación (MetOp-SG-A1), que fue lanzado a órbita polar en agosto de 2025. Su función principal es clara: medir con precisión los gases traza que afectan al clima, la salud y la atmósfera terrestre.
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Lo consigue gracias a su capacidad para observar la Tierra diariamente desde 832 kilómetros de altitud en una órbita polar heliosíncrona, permitiendo un barrido completo del planeta cada 24 horas. Esto lo convierte en una pieza esencial para complementar a Sentinel-4, que monitorea Europa y el norte de África desde una órbita geoestacionaria.
Un vistazo al futuro: un escudo de 20 años para la atmósfera
Aunque Sentinel-5A sigue en su fase de puesta en servicio, ya forma parte de un plan a largo plazo. Se prevé el lanzamiento de otros dos espectrómetros, Sentinel-5B y otro Sentinel-5A adicional, a bordo de los satélites MetOp-SG-A2 y MetOp-SG-A3. Con ello, la misión garantizará una vida útil superior a dos décadas de observación continua: una línea de tiempo crucial para entender y enfrentar los cambios atmosféricos.
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¿Qué gases puede detectar?
El instrumento de alta resolución de Sentinel-5 opera en siete bandas espectrales que abarcan desde el ultravioleta hasta el infrarrojo de onda corta. Esta amplitud permite medir una variedad de gases clave:
- Ozono
- Dióxido de nitrógeno
- Dióxido de azufre
- Formaldehído
- Glioxal
- Monóxido de carbono
- Metano
- Aerosoles e índice UV
Cada uno de ellos es fundamental para evaluar la calidad del aire y monitorear fenómenos como la contaminación urbana, la actividad volcánica o el adelgazamiento de la capa de ozono.
Aunque apenas está empezando, Sentinel-5A ya dejó claro su potencial con estas primeras imágenes: la atmósfera no tiene secretos para este nuevo observador orbital. Su precisión, resolución y alcance global prometen transformar la manera en que entendemos los gases que moldean el clima y la salud del planeta.
