La comunidad científica internacional continúa estudiando los datos más recientes del cometa interestelar 3I/ATLAS, cuyo paso por el Sistema Solar ha revelado una mezcla de elementos nunca antes observada en objetos similares.
Las observaciones realizadas con el telescopio Keck II detectaron emisiones inusualmente altas de níquel y cianuro, un comportamiento que no coincide con el de otros cometas conocidos.
La presencia extendida de estos compuestos alrededor del núcleo del cometa llamó la atención de especialistas, ya que su fuerte emisión de níquel y ausencia de hierro lo convierten en un caso atípico incluso entre los visitantes interestelares.
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Científicos descartan cualquier amenaza del cometa 3I/ATLAS para la Tierra
A pesar de las especulaciones surgidas en redes sociales, los científicos aclaran que el 3I/ATLAS es un objeto natural que viaja en trayectoria hiperbólica, sin riesgo de interacción con la Tierra. Su composición química, aunque inusual, no representa ningún tipo de amenaza.
Expertos explican que los gases detectados incluyendo níquel, cianuro y un CO2 predominantemente alto se dispersan rápidamente en el espacio y no pueden llegar a la atmósfera terrestre en concentraciones peligrosas. Además, el cometa se encuentra a distancias extremadamente grandes y su ruta no intersecta con nuestro planeta.
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Incluso las observaciones del Hubble y del telescopio James Webb, que confirmaron la presencia de una anti-cola y una estructura química fuera de lo común, coinciden en que todos los compuestos permanecen confinados a la coma del cometa, a cientos de miles de kilómetros.
La comunidad científica subraya que, aunque la producción de moléculas como el cianuro pueda resultar llamativa, se trata de procesos típicos en algunos cometas. Por ello, concluyen que el cometa 3I/ATLAS no existe riesgo de toxicidad, ni impacto químico para la Tierra, según los análisis astronómicos más recientes disponibles.
