La búsqueda de la longevidad es una de las obsesiones humanas más antiguas. Mientras algunos exploran avances farmacéuticos, otros investigan factores biológicos inherentes. En este contexto, investigaciones científicas recientes han reavivado el interés por la relación entre el grupo sanguíneo y el envejecimiento, revelando que hay un grupo sanguíneo que podría vivir más años.
¿Cuál es el tipo de sangre que puede vivir más años?
Se trata del tipo B, que podría estar asociado con una vida más larga y un envejecimiento más lento.
La conexión entre el grupo sanguíneo B y la longevidad no es solo una teoría reciente. Un estudio pionero realizado en Japón en 2004, titulado "El tipo de sangre B podría implicar longevidad", comparó los grupos sanguíneos de 269 centenarios (mayores de 100 años) con los de más de 7 mil personas de la misma región.
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Los resultados fueron reveladores: el 29.4% de los centenarios tenían sangre tipo B, mientras que en el grupo de control este porcentaje era de solo 21.9% . Esta sobrerrepresentación sugiere que podría existir un vínculo entre este antígeno y la capacidad de alcanzar edades excepcionales. Investigaciones posteriores, publicadas en medios como Cadena Ser y revistas como Experimental Gerontology, han respaldado estas conclusiones.
Sangre Tipo B: ¿A qué se debe esta posible ventaja?
Los científicos proponen que las personas con grupo sanguíneo B podrían estar mejor preparadas para enfrentar el estrés metabólico, es decir, el desgaste natural que sufre el cuerpo con el paso del tiempo. Sus organismos muestran una mayor eficiencia en la reparación celular y la regeneración de tejidos, lo que se traduce en un envejecimiento más gradual.
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Además, poseen una mejor capacidad de adaptación fisiológica a los cambios internos, lo que impacta positivamente en la conservación de la salud a largo plazo.
La otra cara de la moneda: riesgos asociados al grupo B
Si bien el tipo B podría estar aliado con la longevidad, no es un escudo contra todas las enfermedades. La ciencia muestra un panorama más complejo y matizado.
Una investigación conjunta del Instituto Nacional del Cáncer de EU y la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán concluyó que las personas con grupos A, B y AB tienen un 9% más de riesgo de fallecer por enfermedades médicas en general y un 15% más de probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, en comparación con aquellas con sangre tipo O.
Específicamente, el grupo B se ha vinculado con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca e infartos de miocardio. Asimismo, los resultados mostraron que existe un "mayor riesgo de desarrollar cáncer gástrico entre los que tenían los grupos sanguíneos A y B”.
La explicación de este mayor riesgo cardiaco podría estar en los antígenos mismos. Las personas con un grupo sanguíneo distinto al O (es decir, A, B o AB) tienden a tener niveles más altos del factor de von Willebrand, una proteína crucial para la formación de coágulos sanguíneos.
Un estudio de 2020 publicado en Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology con más de 400 mil personas encontró que quienes tenían sangre tipo A o B tenían casi un 50% más de probabilidades de sufrir trombosis venosa profunda que las del tipo O.
La evidencia científica sugiere que tener sangre tipo B podría ser un factor favorable para alcanzar una longevidad excepcional, gracias a una mayor resistencia al desgaste corporal. Sin embargo, este mismo grupo conlleva riesgos cardiovasculares que no pueden ignorarse. En última instancia, la receta para una vida larga y saludable sigue descansando en pilares incontrovertibles: una dieta equilibrada, ejercicio regular, no fumar y controlar la presión arterial y el colesterol, independientemente del tipo de sangre que tengamos.