El achiote (Bixa orellana) es mucho más que el condimento que da color y sabor a los platillos tradicionales de México. De acuerdo con el portal de Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM, esta planta ha sido utilizada durante siglos como remedio natural contra enfermedades tan variadas como el sarampión, las úlceras, la fiebre o la sarna.
El achiote, en el México prehispánico, se empleó poco en la cocina, pues era una planta sagrada relacionada con la sangre. La producción nacional de este cultivo asciende a 527 toneladas, según reporta el Gobierno de México.
Achiote en la medicina tradicional: lo que dice la UNAM
El portal oficial de Medicina Tradicional de la UNAM documenta que diferentes partes del achiote tienen usos curativos:
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- Hojas: en infusión, ayudan a bajar la fiebre y calmar malestares estomacales.
- Resina: mezclada con otros ingredientes, se emplea para tratar úlceras, sarna y problemas en la piel.
- Semillas: se utilizan como remedio en casos de sarampión y otras enfermedades eruptivas.
En algunos lugares, también se prepara agua de achiote para reducir tumores o inflamaciones.
Usos comunitarios y saberes ancestrales
Investigaciones etnobotánicas en comunidades de Oaxaca confirman que el achiote se prepara en té o cocimiento para aliviar el dolor de estómago y la diarrea, además de aplicarse en cataplasmas para sanar heridas y lesiones en la piel.
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Este tipo de usos reafirman la estrecha relación que existe entre la sabiduría indígena y la validación científica que actualmente comienza a respaldar muchas de estas prácticas.
De acuerdo con la literatura científica y la recopilación de la UNAM, al achiote se le atribuyen numerosas propiedades:
- Antiséptico y cicatrizante: ayuda en la curación de heridas y úlceras.
- Antiinflamatorio y febrífugo: útil para bajar la fiebre y desinflamar tejidos.
- Astringente: calma problemas digestivos como diarrea.
- Antioxidante: protege las células del daño causado por radicales libres.
- Diurético: favorece la eliminación de líquidos y toxinas.
El achiote es una joya de la medicina tradicional mexicana, con evidencia recogida por la UNAM y estudios etnobotánicos que corroboran sus beneficios contra dolencias tan diversas como sarampión, fiebre, úlceras y afecciones digestivas