El uso prolongado de suplementos de melatonina, comúnmente utilizados para combatir el insomnio, podría estar relacionado con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca y mortalidad, según un nuevo estudio presentado en las Sesiones Científicas 2025 de la American Heart Association (AHA).
El análisis, basado en los registros médicos de más de 130 mil adultos con insomnio crónico, encontró que quienes tomaron melatonina durante al menos un año tenían 90 por ciento más probabilidades de desarrollar insuficiencia cardíaca y casi el doble de riesgo de morir por cualquier causa, en comparación con las personas que no consumieron el suplemento.
¿Qué es la melatonina y cuál es el riesgo de consumirla?
La melatonina es una hormona natural producida por la glándula pineal que regula el ciclo del sueño. Su versión sintética, disponible sin receta en muchos países, es ampliamente consumida como ayuda para dormir, aunque los especialistas advierten que su seguridad a largo plazo no ha sido suficientemente estudiada.
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“Los suplementos de melatonina pueden no ser tan inocuos como se piensa. Si nuestros resultados se confirman, podrían cambiar la manera en que los médicos orientan a sus pacientes sobre los tratamientos para dormir”, señaló el doctor Ekenedilichukwu Nnadi, autor principal del estudio y jefe de residencia en medicina interna del centro SUNY Downstate/Kings County, en Nueva York.
El trabajo analizó datos internacionales del sistema TriNetX Global Research Network, comparando a personas con insomnio que usaron melatonina durante más de 12 meses con quienes nunca la registraron en su historial clínico. Aquellos que consumieron el suplemento tenían también 3.5 veces más probabilidades de ser hospitalizados por insuficiencia cardíaca.
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Aunque el estudio no demuestra una relación directa de causa y efecto, los expertos coinciden en que los resultados plantean serias preocupaciones sobre la seguridad cardiovascular del uso prolongado de melatonina. Por ello, pidieron realizar más investigaciones para confirmar los hallazgos y definir los posibles riesgos asociados a su consumo.
El estudio será presentado oficialmente del 7 al 10 de noviembre en Nueva Orleans, durante las Sesiones Científicas 2025 de la American Heart Association.
