En muchas culturas de habla hispana, es común escuchar que a las personas llamadas José se les diga “Pepe”, pero el origen de este apodo tan particular es poco conocido.
La explicación de esta curiosa costumbre se remonta siglos atrás y tiene un trasfondo tanto histórico como religioso.
¿Por Qué se les dice “Pepe”?
El nombre José ha sido uno de los más comunes y populares, especialmente en países con fuerte influencia católica, debido a la figura de San José, el esposo de la Virgen María y padre putativo de Jesús.
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Durante la Edad Media, se utilizaban abreviaturas para nombrar a este santo en textos religiosos. A San José se le refería como "Pater Putativus" de Jesús, es decir, “padre putativo” o “padre supuesto”.
Para facilitar las anotaciones, los monjes copiaban las iniciales “P.P.” junto a las menciones a San José en los documentos religiosos.
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Con el tiempo, esas iniciales “P.P.” comenzaron a leerse como “Pepe”, y el apodo se popularizó. Así, Pepe se convirtió en una abreviatura de uso común para referirse a cualquier persona llamada José, y la costumbre se extendió entre la gente.
Aunque el término “putativo” ha caído en desuso en el lenguaje actual, en aquellos tiempos era un sinónimo de “adoptivo” o “considerado como”, lo cual daba sentido a la expresión "Pater Putativus" para referirse a San José.
Este apodo sobrevivió al paso del tiempo y continúa siendo una tradición en la cultura hispana. De hecho, el uso de “Pepe” ha llegado a tener tanta fuerza que, en algunos lugares, existen variaciones como “Pepito” o “Pepona” (para referirse a mujeres llamadas Josefa).
También ha inspirado nombres para festividades y personajes de la cultura popular, como el tradicional “Pepe el Toro” en el cine mexicano, convirtiéndose en un término entrañable para quienes llevan el nombre de José.