La gastronomía mexicana es una de las más reconocidas a nivel mundial y una prueba de ellos es la integración de cuatro sopas al listado de las 100 mejores del mundo, realizado por el medio Taste Atlas, el cual ha realizado algunos de los rankings más importantes en la materia.
El reciente nombramiento de Elena Reygadas como la mejor chef del mundo o las estrellas Michelin para los restaurantes Pujol y Quintonil son sólo algunos otros de los triunfos que ha alcanzado la cocina nacional. Sin embargo, en esta ocasión las sopas mexicanas pusieron el alto el nombre del país.
La sopa de lima, proveniente del estado de Yucatán, fue la mejor posicionada al ocupar el quinto lugar. En decimoquinta posición se ubicó el pozole, platillo que ha sido peleado su lugar de origen por diversas entidades de la República.
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“Una sopa abundante y saludable de un clima cálido, la sopa de lima también es excelente como comida reconfortante de invierno. Aunque los orígenes de esta sopa siguen siendo un misterio, algunos historiadores de la comida afirman que probablemente se derivó de un antiguo plato maya”, se lee en la reseña del Taste Atlas sobre el platillo yucateco.
En el lugar 31 se posicionó la sopa tarrasca, la cual es originaria de Michoacán. Por si fuera poco, diez lugares delante, figuró la sopa de tortilla.
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“El pozole es un guiso caldoso y aromático, generalmente servido a multitudes en ocasiones especiales y celebraciones como Navidad, bodas o cumpleaños. Su ingrediente principal es el nixtamal o maíz molido, grandes granos de maíz secos que se precocinan en una solución alcalina para ablandarlos”, menciona la revista sobre el platillo típico mexicano.
La sopa que se llevó el primer lugar fue el tonkotsu ramen de Japón, misma que “se desarrolla cocinando los huesos de cerdo durante mucho tiempo, hasta que el colágeno y la grasa se disuelven, dando como resultado una textura única y cremosa del plato”.
Cabe mencionar que, en el año 2010, la gastronomía mexicana, misma a la que forman parte las cuatro sopas antes mencionadas, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).