El agua mineral es una bebida que tiene un sabor fresco y está compuesta por múltiples minerales como calcio, magnesio, potasio y sodio; se puede consumir directamente y también sirve para preparar algunas otras bebidas o alimentos.
Uno de los mitos más comunes respecto a su consumo es que podría contribuir al aumento de peso, tal como si consumieras refresco, debido a que es una bebida carbonatada, al igual que la soda.
Sin embargo, esta creencia es falsa, debido a que el agua mineral por sí misma no causa aumento de peso. El agua mineral es baja en calorías y no contiene grasas ni carbohidratos significativos: de hecho, el agua, en todas sus formas, es fundamental para la hidratación y es una elección saludable en comparación con bebidas azucaradas o con alto contenido calórico.
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Algunas personas encuentran que beber agua antes de las comidas puede ayudarles a sentirse más llenas y, por lo tanto, reducir la cantidad de alimentos que consumen, esto podría ser beneficioso para controlar el peso, ya que la sensación de saciedad puede contribuir a comer menos.
Un consumo frecuente de esta bebida no representa un problema para la salud, pero sí se deben de tomar en cuenta las siguientes recomendaciones.
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¿Qué pasa si tomamos agua mineral en exceso?
Algunas aguas minerales pueden ser ricas en sodio, las personas que necesitan limitar su ingesta de sodio debido a condiciones médicas, como hipertensión o enfermedades renales, deben tener cuidado con la cantidad de agua mineral con sodio que consumen.
Por otra parte, el sodio puede contribuir a la retención de agua, lo que podría hacer que te sientas hinchado temporalmente, pero este aumento en el peso no es grasa, y se debería a la retención de líquidos.
Varía tu fuente de agua para obtener un equilibrio adecuado de minerales. No dependas únicamente de agua mineral; el agua del grifo y otras fuentes pueden contribuir a una gama más completa de minerales.