OPINIÓN DANIEL JACOBO

¿Hay hambruna en Gaza?

La escasez en Gaza es innegable: camiones que ingresan al territorio con alimentos son prácticamente asaltados por mares de gente que busca desesperadamente algo qué comer.

Arrojan ayuda humanitaria en Gaza.
Arrojan ayuda humanitaria en Gaza.Créditos: EFE
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¿Cómo podríamos responder esa pregunta que plantea un problema de un lugar que se encuentra más allá de 12 mil kilómetros del lugar en el que estoy escribiendo esta columna?

Porque la cantidad de ruido que hay en internet, es tal y de todo tipo, que resulta difícil, si no imposible, intentar responderla.

Normalmente, para desmentir una noticia falsa o alguna publicación que busque desinformar, como lo hacemos semana a semana en este espacio, es claro: analizamos un dicho o un suceso y fácilmente podemos determinar si es real o no basándonos en los hechos. Es como responder si es blanco o es negro, no hay más.

Pero este caso es distinto.

En el mundo, para tener una idea del problema alimentario al que una región o territorio se enfrenta, existe el Sistema de Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria; para declarar una “hambruna”, se deben combinar por lo menos tres indicadores: escasez extrema de alimentos, desnutrición aguda en niños menores de 5 años, y aumento de la mortalidad.

La escasez en Gaza es innegable: camiones que ingresan al territorio con alimentos son prácticamente asaltados por mares de gente que busca desesperadamente algo qué comer.

El Ministerio de Salud de Gaza reporta que, hasta el 3 de agosto, 175 personas, incluyendo 93 niños, han muerto por causas ligadas a la hambruna, reflejando desnutrición aguda y un aumento en la mortalidad; sin embargo, Israel y otras fuentes cuestionan estos datos, alegando que el Ministerio opera bajo la influencia de Hamás, lo que nubla su imparcialidad.

Ahora, ¿qué dice Israel?

El gobierno de Benjamin Netanyahu ha negado que exista hambruna o siquiera una crisis en Gaza; es más, apunta a que si hubiera una crisis, sería responsabilidad de Hamás por atacar los convoys de ayuda humanitaria, robar los alimentos y revenderlos a un precio impagable para la población.

Pero cuando hay una postura de Hamás o una de Israel, no podemos olvidar parte del trasfondo: la supervivencia política; Netanyahu intentando mantenerse en el poder que se tambaleaba antes del 7 de octubre de 2023, mientras Hamás busca la supervivencia a través del terror y dominio de los palestinos en Gaza.

Entonces, ¿quién nos responderá nuestra pregunta? ¿A quién le creemos?

Ante esta polarización, las organizaciones internacionales ofrecen una perspectiva más amplia. Hasta ahora, más de 100 organizaciones no gubernamentales han señalado que hay un problema grave de seguridad alimentaria en Gaza; o, mejor dicho, que hay hambruna.

Luego, viene el papel de los medios de comunicación.

The New York Times publicó hace unos días una fotografía de Mohammed Zakaria al-Mutawaa para ilustrar una historia sobre lo ocurrido en Gaza; después tuvo que aclarar que ese menor, fotografiado para ilustrar la hambruna, tenía condiciones preexistentes que mermaban su salud.

Aquí radica el desafío del periodismo en Gaza: informar sin libertad plena. El ingreso de la prensa extranjera a Gaza está prohibido, los recorridos (pocos, pero existentes) son guiados bajo la supervisión de las Fuerzas de Defensa Israelí. Esto limita la independencia del oficio para informar qué es lo que realmente ocurre, si lo que ven sus ojos es la verdad o solo refleja las narrativas de Israel o Hamás.

En medio de este caos, la respuesta a la pregunta “¿hay hambruna en Gaza?” es sí, respaldada por reportes de medios globales y periodistas independientes.

Hoy, el respaldo al periodismo es clave no solo para entender este conflicto, sino lo que ocurre en todo el mundo, sea Gaza, Estados Unidos, Europa, China o México.

Porque el objetivo principal y único del periodismo, es contar la verdad a través de los hechos. Y aunque muchos se opongan o no les guste, a los hechos ningún discurso los va a cambiar, sea para bien o para mal.