Rabia es lo que causó la liberación de Marianne Gonzaga, la joven que apuñalo al menos 14 veces a Valentina Gilabert, dejándola debatiendo entre la vida y la muerte.
Algunos acusaron que “obtuvo” la libertad porque era una mujer; si hubiera sido hombre, aseguran, le hubieran dado hasta 100 años de cárcel.
Otros aseguran que hubo una “extraña” forma de proceder de la justicia para haberle otorgado la libertad.
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¿Cómo no dudar? Sí la impunidad en México alcanza el 93% de los casos que llegan a las fiscalías estatales, según el reporte “Hallazgos 2023 de México Evalúa”; es decir, que solo 7 de cada 100 casos denunciados, tuvieron una resolución.
Pero estas afirmaciones dejan completamente de lado al menos tres factores relevantes en cuanto a la justicia en nuestro país.
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Para ello, me centro en una comparación en particular: el caso Marianne Gonzaga vs el de “Fofo” Márquez, porque, ¿cómo es posible que una mujer que apuñaló a otra 14 veces, esté libre, mientras que un hombre que agredió a una mujer, a golpes, cumpla una sentencia de 17 años en prisión?
El primer factor tiene que ver con la edad. Marianne, al momento de cometer el delito, tenía 17 años, por lo tanto, se le procesó como menor de edad. En el caso de Fofo, su delito ocurrió a sus 27 años.
El segundo factor tiene que ver con el tipo de delito. ¿Quién lo imputa? Las fiscalías. En el caso de Marianne, la Fiscalía de la Ciudad de México fue la que imputó el delito de lesiones calificadas o lesiones dolosas que ponen en riesgo la vida. Esto implicó que fue juzgada bajo el Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes y por lo tanto, la pena máxima que podía alcanzar eran 5 años de prisión.
En el caso de Fofo Márquez, la Fiscalía del Estado de México le imputó el delito de tentativa de feminicidio y aquí, digamos, la matemática le jugó en contra, pues su pena mínima parte de tomar un tercio de la pena mínima por feminicidio (40 años), que resulta en 13 años y 4 meses; la pena a pagar por el influencer, resultó en 17 años y 6 meses.
El tercer factor es quizás el más importante: la opinión de la víctima.
La decisión de Valentina Gilabert de perdonar a Marianne Gonzaga fue clave para que pudiera quedar en libertad bajo ciertas condiciones; y una frase puntual, tanto dura como impactante, fue que Valentina aseguró que ella “no es nadie para privar a las personas de su libertad”.
Para el caso de Fofo Márquez, fue totalmente lo contrario: Edith, la mujer a la que golpeó brutalmente, decidió no otorgarle el perdón y que por lo tanto, continuara el proceso hasta que se le dictó sentencia. Una vez sabido que Márquez cumpliría 17 años y 6 meses en prisión, las palabras de Edith fueron: “a mí como ser humano me hubiera encantado que la penalidad fuera más alta porque luego acuérdense que la reducen a la mitad por buen comportamiento, pero yo respeto lo que el juzgador así decidió”.
Quizá podamos insistir en que la justicia en México es un pendiente importante desde hace décadas; pero también debemos resaltar que la justicia, son miles de justicias, por sus matices y contextos.
Que una persona quede en libertad no necesariamente implica un acto de impunidad, así como tampoco implica justicia queuna persona pase el resto de su vida en prisión.
Hablamos más bien de un acto de fé que la víctima pone sobre las decisiones de quien en su momento, cometió un error.
