Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, publicó una carta hace unas semanas para justificar una serie de fotografías suyas, que se hicieron públicas, dando cuenta de un viajecito que se dio a Japón.
Era un viaje bien merecido después de una vida de lucha que lo colocó directamente en el cargo de Secretario de Organización Territorial de Morena en 2024; fue por mérito propio y nada tuvo que ver ser hijo de AMLO, obvio.
En esa carta, Andy aclaró que no se hospedó en un hotel en el que hubiera pagado 50 mil pesos la noche, ¿cómo creen? Más bien se quedó en uno donde pagó 7,500 pesos la noche, porque él desde niño aprendió que “el poder es humildad”.
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Además, remató señalando que “se debe vivir en la justa medianía como lo recomendaba el presidente Juárez”.
Quienes han estudiado la vida y obra de Benito Juárez, señalan que la frase “vivir en la justa medianía” era un ideal de vida modesta, equilibrada y honesta, alejada de los excesos y la opulencia, pero también de la miseria.
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Pero la Cuarta Transformación la ha tomado para criticar los lujos y derroches que se daban en el pasado y que, contrario a ellos (porque “no son iguales”), la austeridad es la que rige sus acciones.
Sin embargo, eso, a leguas, es falso.
Andy López Beltrán percibe un sueldo mensual de casi 88 mil pesos, que provienen directamente del financiamiento que el Instituto Nacional Electoral le otorga a los partidos políticos; es decir, viene de los bolsillos de quienes pagamos impuestos.
Una nota de Aristegui Noticias reveló, a través de un par de facturas obtenidas por el medio, que Andy pagó poco más de 177 mil pesos en sus 14 días de viaje. Cada noche tuvo un costo de 7 mil 630 pesos.
Lo curioso es que ese precio se aleja de la austeridad y medianía de la que tanto hacen eco. ¿Por qué? Porque el 40% de la población mexicana ocupada no podría costearlo.
El salario mínimo mensual oscila en los 8,840 pesos y es lo que unas 23 millones de personas perciben.
Aunque, eso no es lo peor: la nota revela que el 22 de julio Andy y compañía se dieron una lujosa cena en un restaurante llamado “Sasanka”. ¿El total de la cuenta? 47 mil 627 pesos.
Nunca he conocido a alguien que gaste más de la mitad de su sueldo mensual en una sola comida.
Y lo más importante: 23 millones de personas tendrían que trabajar seis meses para poder pagar esa cena; seis meses de trabajo y, obvio, sin gasto alguno.
En el desglose de otros gastos, hay cargos por un paquete “fitness & spa”, servicios de minibar y lavandería, entre otros.
Digan lo que digan, el concepto de la “medianía”, por donde quiera que se le vea, está lejos de ser profesado por el hijo de López Obrador.
Porque no es modesto, ni equilibrado y ya de la honestidad, mejor ni hablamos.
