OPINIÓN SERGIO ALMAZÁN

Un reto muy pesado

Obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares son solo algunos de los problemas que enfrenta México.

Somos el segundo país de la OCDE con mayor obesidad en adultos en América Latina.
Somos el segundo país de la OCDE con mayor obesidad en adultos en América Latina.Créditos: Freepik
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México enfrenta un fuerte problema de salud pública derivado de la obesidad y sobrepeso. Más del 39% de la población adulta en nuestro país padece alguna de estas dos condiciones y entre el 41% y 35% de adolescentes y niños sufren las consecuencias de los malos hábitos alimentarios derivado del consumo de comida chatarra, bebidas azucaradas y cada vez una vida más sedentaria.

Somos el segundo país de la OCDE con mayor obesidad en adultos en América Latina, después de Estados Unidos y el primer lugar mundial en obesidad infantil, lo que deriva que se tenga que destinar el 8% del presupuesto total en salud para el tratamiento de las enfermedades que derivan de estos padecimientos crónicos: 70% para atención médica de diabetes; 25% enfermedades cardiovasculares y 5% para el cáncer. Siendo las defunciones por padecimientos cardiacos el mayor número de causas (casi el 21%); seguido de diabetes mellitus, tumores y enfermedades del hígado.

Otro de los factores que la Secretaría de Salud y la OCDE han analizado es que en familias donde se presenta uno de estos dos padecimientos de salud pública se destinan más del 35% de los ingresos para tratamientos derivados de la obesidad y el sobrepeso y casi el 30% del tiempo de vida de sus ingresos.

Estamos frente a un problema sanitario de enormes dimensiones, que con epidemias como el Covid-19 se incrementó y derivó en otros trastornos de la salud que están acelerando la incapacidad de los adultos en más tempranas edades, haciendo más compleja la atención de los sistemas públicos especializados para los tratamientos y control de estas tres principales enfermedades en que deriva el sobrepeso y obesidad.

La reciente aplicación del programa escolar de prohibir la venta, consumo y distribución de la llamada comida chatarra parece ser una de las medidas paliativas para fomentar un cambio en la cultura alimentaria de las infancias y las familias en general, que ha comenzado –en años anteriores- con el etiquetado en los productos procesados que presentan ingredientes dañinos o causantes de alteraciones metabólicas entre los consumidores.

No ha sido suficiente, e incluso ha generado muchas resistencias, amparos, rechazos por parte de las empresas quienes han visto afectadas sus ganancias al sentirse vulnerados con estas medidas. Pero, lo cierto es que México requiere acciones cada vez más contundentes por un nuevo enfoque y conciencia de los productos que se ofertan en los almacenes, supermercados y tiendas de conveniencia donde aún más del 85% son productos procesados, altamente azucarados, contenido de sodio, grasas saturadas y trans, así como excesos de calorías que son no sólo altamente adictivos en la ingesta sino dañinos para la salud pública.

¿Cómo volver a los productos naturales, libres de plaguicidas, químicos y orgánicos? Se trata de una inequidad alimentaria porque lo por su condición natural debían ser productos saludables, hoy día lo natural no lo es tanto, lo orgánico es inaccesible para una mayoría de la población; en consecuencia, el círculo vicioso de una mala alimentación parece ser la condición que predomina.

Otro de los retos, es aprender a balancear los grupos alimenticios en un plato, el orden de los nutrientes y la alquimia de la regla básica del comer: verduras-frutas; cereales-tubérculos; alimentos de origen animal; lácteos; aceites y grasas. El reto es mayor y la crisis de salud aún más. 

¡Comer mejor: el reto de salud y economía en México!

Abramos la discusión: @salmazan71