OPINIÓN SERGIO ALMAZÁN

'El problema' del PAN es el PAN

En política, no basta ser opositores al partido e ideología en el poder, se requiere creérselo, asumirlo, comportarse y comprometerse a serlo.

Ese autoritarismo es tan inmoral como hipócrita, doloso y sospechoso. Ese es
el verdadero problema del PAN, el PAN.
Ese autoritarismo es tan inmoral como hipócrita, doloso y sospechoso. Ese es el verdadero problema del PAN, el PAN.Créditos: Cuartoscuro
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Como muchas y muchos de ustedes saben, el domingo pasado la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN), autodefinido como #NuevaDerecha, realizó lo que llamó su relanzamiento de marca, sin más fondo que su cambio de logo y arengas por parte de las dirigencias frágiles y enconadas, de esto que suena a ocurrencia antes que a ideario, ideología o autocrítica de su lamentable desempeño como partido de oposición en las casi dos últimas décadas.

En política, no basta ser opositores al partido e ideología en el poder, se requiere creérselo, asumirlo, comportarse y comprometerse a serlo y actuar en consecuencia, situación que no ha sido ni remotamente asumido desde el 2012 en que llevan perdiendo gubernaturas, curules, credibilidad, hasta su ruptura con varios de los antiguos miembros y cabezas del bloque ideológico al que ahora desprecia su dirigente Jorge Romero a quien la oratoria del domingo pasado no le fue suficiente para convencer a una ciudadanía que hace tiempo perdió como aliados al PAN.

Lo ocurrido en el Frontón México el domingo pasado, al cumplirse 86 años de conformación del PAN y bajo este contexto su relanzamiento de marca, nos comprueba varias sospechas, cada una más desastrosa que otra: su evidente desapego con la realidad actual del país e incluso de sus seguidores y nuevos adeptos que busca atraer; su falta de ideario político-partidista de cara al contexto actual; su desprecio a las minorías, a las diversidades, a las transformaciones sociales, sexuales, culturales y políticas de las nuevas juventudes a las que quieren ahora enfocarse.

La preocupante carencia de líderes e ideólogos que le den forma, sustancia, contenido, propuesta política y partidista. Eso es
quizá lo más grave, que el comité actual que lleva las riendas del PAN piensen que sólo se requiere una lavada de logo, una simulación de candidaturas ciudadanas, una aplicación digital de filiación y las ocurrencias como ideas.

'El problema' del PAN no es que se le quieran colar entre sus agremiados integrantes de la comunidad lgbt+ como rechazó tajante y públicamente el Dr. Raúl Tortolero al momento de ver ondear una bandera arcoíris aquel domingo en la Plaza de la República,
mezclándose con las blanquiazul del relanzamiento iconográfico institucional a la que calificó de 'bandera posmarxista y del supremacismo LGBT. […] y si el tipo es homosexual ese es su problema, pero no son los valores que promueve el PAN que son los valores de la democracia cristiana'.

Aquella discriminatoria, homofóbica y violentadora respuesta que el líder que encabeza el Consejo de Nueva Derecha, Raúl Tortolero, pone en evidencia su intolerancia e incapacidad al respeto por las diversidades sexo-genéricas, retrata la hipocresía partidista, y sin reparo su propio secretario de Acción Juvenil en la ciudad de México, Miguel Hernández Peñaflor quien abiertamente se asume gay y panista, ahora en su nuevo proyecto de consejero el PAN en cdmx, habla de la defensa de la Patria, la libertad y la familia mexicana.

Ahí está su problema, de forma autodiscriminatoria, con autoviolencia sistémica y partidista desconoce las familias diversas, invisibilizan todo lo que no marca lo que el PAN define como valores cristianos un solo modelo de ser persona, familia,
ciudadano. Y ese autoritarismo es tan inmoral como hipócrita, doloso y sospechoso. Ese es el verdadero problema del PAN, el PAN.