En 1992, la Real Academia Española de la Lengua (RAE) aceptó e incorporó al diccionario el verbo intransitivo Cantinflear y el adjetivo acantinflado, que se definen como una forma de hablar o actuar de manera disparatada e incongruente como lo expresaba el personaje que interpretó el actor mexicano Mario Moreno Cantinflas, de donde se deriva en nombre de este verbo adjetivado.
Con esta inclusión se enriquecía no sólo al diccionario, sino que un mexicanismo lograba ser una expresión que define el modo de hablar, de ser e identidad nacional de un grupo social en nuestro país. Porque el lenguaje es también cultura, memoria, historia y rasgo etnográfico. Al paso del tiempo, el verbo y adjetivo nos han ayudado para explicar, definir y simplificar en una conversación, escrito, una descripción o una manera de comunicación, al tiempo resulta significativa la inmortalidad que logró el personaje del cine nacional con esa forma de actuar heredero de los merolicos que ejercieron -sin saberlo– un arte de diccionario.
Lo que significó que cantinflear fuera motivo del primer Congreso Internacional de la Lengua en Español (CILE) celebrado en 1997 en México en la ciudad de Zacatecas, un encuentro de la palabra, del pensamiento, de la lingüística y las identidades parlantes en Hispanoamérica donde el español como lengua, como mestizaje, herencia y tornaviaje representaban un desafío para preservar, promover, difundir, enriquecer, expandir los vasos comunicantes de las sociedades hispanoparlantes. Aquel congreso fue muy desafiante con reflexiones sobre el futuro de la lengua en un mundo que ya se advertía global, el neoliberalismo como motor económico y la imposición de la lengua inglesa como idioma universal. Así como los cambios gramaticales que propuso el Nobel de literatura, el colombiano Gabriel García Márquez quien dijo que habría que jubilar la ortografía.
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De aquel encuentro han pasado 28 años y en esta semana, se ha concluido el X encuentro del CILE en Arequipa, Perú. Ha llamado la atención por varios descalabros: con una evidente fractura entre las cabezas del congreso el director de la RAE Santiago Muñoz Machado y el director del Instituto Cervantes: Luis García Montero, quien ha calificado al primero como “el jurista de las empresas millonarias”; a lo que respondió: “el director es un burócrata con vocación de burócrata”.
Más allá de los conflictos y enormes diferencias personales que tienen estos dos personajes están las crisis que por su posición ideológica han impregnado en las formas de abordar los temas actuales para la lengua en español como lo son el lenguaje inclusivo al que Muñoz Machado ha calificado como que afea el idioma de manera insostenible porque el masculino de la lengua española es inclusivo (sic); con lo que se ganó el mote del vaticano de la RAE. Porque la lengua, un idioma es también la expresión de su tiempo, la evidencia de la época, el testimonio vivo de una civilización, de una cultura y una sociedad en movimiento constante.
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Esta décima edición del CILE pasará a los memoriales de la crisis de los tomadores de decisiones sobre el futuro de la lengua en español, de los desafíos ideológicos que enfrentan las naciones hispanoparlantes no sólo en el uso del idioma sino en la manera de las democracias, porque el año de retraso que llegó esta edición deriva de los conflictos políticos en Perú, el autogolpe de Estado del expresidente Pedro Castillo; la anulación de los portales oficiales en Estados Unidos en español, junto con las políticas antimigrantes latinos de Trump; los lenguajes tecnológicos como la inteligencia Artificial y la ausencia oficial de la comitiva mexicana por no tener relaciones diplomáticas con Perú después diciembre del 2022 tras el asilo a la familia de Castillo y ser nombrados por el gobierno peruano persona non grata a Claudia Sheinbaum.
Digamos que el reciente encuentro internacional del CILE fue un acto cantinflesco donde sus organizadores y cabezas se acantinflaron en las propuestas y compromisos sobre el futuro de la lengua en español por sus diatribas personales.
Abramos la discusión: @salmazan71
