OPINIÓN HÉCTOR ZAGAL

El circo: ¡qué empiece la función!

Uno de los espectáculos más populares del mundo hoy vive en una crisis que nos hace pensar en cómo podemos ayudar a que resurja.

El circo hoy está en crisis.
El circo hoy está en crisis.Créditos: Pixabay
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¿Recuerdas tu última visita al circo? A mí me solía llevar mi abuela al Circo Atayde. Recuerdo con gusto la enorme carpa colorida, llena de luces y música alegre, los chistes de los payasos, los saltos mortales de los trapecistas que no usaban red, las palomitas, los arcos de fuego, los magos, el algodón de azúcar, y los juegos alrededor.

El circo moderno comenzó en el siglo XVIII. Su inicio se le atribuye a Philip Astley, un artista ecuestre que, luego de participar en la Guerra de los Siete Años, se dedicó a potenciar sus espectáculos de caballos. Astley buscó que sus espectáculos llegaran a más personas y aderezó su show agregando payasos, mimos y acróbatas. A la gente le encantó el resultado y pronto se popularizó esta fórmula entre los demás negocios de entretenimiento.

A partir del siglo XIX, apareció el desfile y las carpas coloridas. Pero también se incorporaron dos elementos crueles que definieron al circo durante el siglo XIX y parte del XX.

El primero de ellos fue la introducción de animales exóticos. En ese entonces, no había fotografías y viajar no era nada fácil. Jirafas, camellos, elefantes eran prácticamente desconocidos en Europa y América. El circo era una oportunidad para conocerlos. Lamentablemente, generalmente, los animales vivían en condiciones terribles.

El segundo fue, sin duda, el componente más cruel, atroz e inhumano: la exhibición de “fenómenos”, así se les decía a las personas que padecían alguna discapacidad física especialmente llamativa. Quizá el más conocido sea la “mujer barbuda”. Es increíble que los seres humanos hayamos tratado de esa manera a personas con alguna discapacidad. Por fortuna, a mí no me tocó ese tipo de circo.

Lo único que sí vi fue a la mujer araña. Algo muy inocente: un montaje bastante burdo, pero que en ese entonces me impresionaba. El enorme cuerpo de una araña de plástico con una cabeza de mujer, cuyo cuerpo se escondía debajo del suelo. La mujer araña nos advertía a los niños: “Me convertí en araña por desobedecer a mis papás”.

El circo hoy está en crisis, en muy buena medida por influencia de Eso (It). El payaso siniestro que “traumó” a una generación. Yo, en cambio, pertenezco a esa generación que se rio y divirtió con las bromas de los payasos. ¿Y tú?

¡Atrévete a saber! Sapere aude!

@hzagal

(Héctor Zagal y Oscar Sakaguchi, coautores de este artículo, son coconductores del programa de radio “El Banquete del Dr. Zagal” en MVS 102.5 todos los sábados a las 18:00 y los miércoles a las 22:00)