Con una duración de 90 días, a partir de este primer minuto del 1° de marzo y hasta el 29 de mayo próximo, seremos testigos de las elecciones presidenciales históricas en nuestro país. Por primera vez tenemos dos candidatas mujeres que se juegan el cargo del poder Ejecutivo para los próximos seis años y un tercer candidato, el más joven de la tríada; otra mujer busca dirigir la ciudad de México con lo que encabezan a los más de 20 mil 79 cargos, entre los que se suman, senadores, diputados, presidentes municipales, gobernadores y cargos auxiliares.
Y según lo registra el padrón electoral, más de cien millones mayores de 18 años acudiremos a las urnas para emitir nuestro voto que definirán la ruta, la propuesta, la ideología y la política pública-social del siguiente sexenio que, hasta ahora, el contexto actual es de violencia, polarización, inseguridad y profunda desigualdad social, de género y de Derechos Humanos.
De ahí que el arranque de ayer generó expectativas entre la población por las promesas y apuestas que los que buscan dirigir las riendas del país arengaron, firmaron y prometieron. Cada uno con su estilo y discurso que los ha acompañado en las precampañas: Xóchitl Gálvez quien hizo suyo el escenario de Guanajuato y desde el estadio Sergio León Chávez firmó el acuerdo para darle continuidad y no desaparecer ninguno de los programas sociales que su opositor ha promovido, aumentado y mantenido como eje del ideario obradorista. No sólo prometió disminuir la edad para obtener los beneficios, sino que firmó con sangre “lo más valioso que tengo” dijo ante sus asistentes y el Ontario que dio fe de su compromiso. Muy a su manera de simbolismos obvios, frases cortas e inmediatas, apeló a las emociones primarias para arrancar su campaña. Veremos cómo evoluciona y logra desprenderse de sus alianzas con el más negativo partido que ha sumado a su equipo el PRI y sus antiguos enemigos el Partido de la Revolución Democrática.
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Por su parte, el epicentro geográfico de la ideología obradorista: el zócalo de la capital del país fue el escenario para las dos candidatas: Claudia Sheinbaum por la presidencia y Clara Brugada por la jefatura de gobierno. La primera presentó sus 100 compromisos haciendo énfasis en la división de los poderes, el respeto y protección a la prensa y la continuidad de los programas sociales, donde primero son los pobres. Destaca que, en su arranque de campaña, a pesar de tener como telón de fondo el palacio Nacional -con todo lo que simbólicamente significa– es decir, respaldo del actual gobierno, continuidad de la política actual, al mencionar como prioridad la autonomía de cada uno de los tres órganos del Estado Mexicano, subraya una estrategia bien estudiada de su mensaje que es donde marca en encono actual, la amenaza de las ideologías latinoamericanas de izquierda, que se han vuelto autoritarios. Sheinbaum buscó tomar postura y enviar el mensaje de demócrata. Veremos cómo se desarrolla su campaña y su discurso. Por lo pronto, en el imaginario colectivo es la continuidad al proyecto de López Obrador.
El más joven de esta tercia presidencial, es Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano, un candidato quien parece haber iniciado un tanto atropellado desde su destape hasta su arranque de campaña, en la misma tierra del gobernador Enrique Alfaro –quien ha marcado su distancia y divorcio con MC– y desde Lagos de moreno, Jalisco Máynez no sólo arrancó su carrera por el poder ejecutivo, sino que mencionó los logros de Alfaro cuando fue dirigió Tlajomulco. ¿Cómo leer este elogio cuando hay distanciamiento entre el presidente del partito y el gobernador del estado tapatío?... Y más tarde, al mero estilo regio, presentó su fosfobús con el que recorrerá toda la República Mexicana. Una nueva forma de hacer política ha sido el lema de su campaña y partido.
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Así arrancaron la madrugada del 1 de marzo 2024 sin mayores propuestas ni verdadera esencia. Éste es el comienzo, sigamos su evolución…
Abramos la discusión: @salmazan71