El 17 de mayo de 1990, es decir hace 33 años, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la clasificación internacional de enfermedades mentales, a pesar de que en 67 países aún se criminaliza las relaciones de amor, sexo, erotismo y convivencia de personas del mismo sexo y en 8 naciones como Irán, Arabia Saudi y el norte de Siria o noroeste de Irak se castiga con pena de muerte. Eso en los registros civiles oficiales y sistemas judiciales, aunque en la práctica aún en muchos países, estados y comunidades las personas no heterosexuales sufren de violencia de todo tipo hasta perder su vida.
En consecuencia y para evitar que sigan ocurriendo estas formas de discriminación y violencia, la Organización de Naciones Unidas desde el 2004 proclamó el 17 de mayo como el Día Internacional contra la Homosexualidad, Transfobia y Biofobia, con el objetivo de promover y difundir educación, mecanismos legales y de Derechos Humanos que erradiquen todas las formas de violencia y discriminación para las personas de la comunidad LGBTTTIQ+ entre los países que integran la ONU.
Para este 2023, al conmemorarse casi dos décadas de la proclamación del Día contra la Homofobia, la OMS ha dado a conocer el tema de su campaña que dice: "Juntos siempre, unidos en la diversidad", y propone el uso de las siglas LGBTQIA+ donde se incluye la asexualidad como identidad de género dentro de las expresiones humanas no binarias. Por otro lado, junto con los organismos locales de Derechos Humanos y Diversidad sexual el próximo miércoles 17 de mayo se firmará el acuerdo y el planteamiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que consiste en la aprobación de políticas y leyes –de acuerdo do con parámetros internacionales y legislaturas locales – para erradicar de forma definitiva con la discriminación y violencia que tantos problemas sociales ha causado a las sociedades y naciones.
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En la práctica real, en México como en muchos países pertenecientes a la ONU, no se cumplen los acuerdos de la Agenda 2030 en esta materia, que van desde las políticas públicas de protección a la igualdad civil de los códigos estatales en matrimonio de personas del mismo sexo y de la diversidad, en el cupo laboral para personas trans, en la erradicación y ejecución de sanciones de quienes realizan las famosas terapias de conversión –a pesar que desde 2020 son ilegales– aún se promueven y practican sin sanción alguna en nuestro país.
Es decir, que las autoridades encargadas de promover, legislar y procurar el Estado de Derecho en materia de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual en México siguen desconociendo la presencia y urgencia de protegerlos y garantizarlos para la comunidad LGBTQIA+ siendo el actual gobierno de una izquierda conservadora y como lo ha demostrado el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, sin agenda, sin pronunciamiento, sin políticas y acuerdos, siquiera un guiño que visibilice a la comunidad. Y en ocasiones hasta negando la existencia o desconociendo los derechos alcanzados en épocas pasadas.
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Es importante que los medios de comunicación, la sociedad civil organizada, los grupos proderechos humanos, las instituciones educativas, visibilicemos fechas como el 17 de mayo, se hable, se exprese, se discuta y se presione al Estado a ejecutar y comprometerse con una agenda en favor o encaminada a los acuerdos firmados en la ONU sobre Desarrollo Sostenible en temas de la diversidad sexual que van desde una libre decisión de la identidad sexo-genérica hasta formas de inclusión en lo laboral, e escolar y de salud pública, además de los códigos civiles sin cortapisas o simulaciones, sin la frivolidad y negación con el silencio con que se ha actuado hasta ahora. Nos quedan pocos años para entregar resultados al compromiso firmado y mientras no hay garantías, la violencia por homofobia sigue cobrando vidas en el país. ¡Juntos siempre, pero en vida!