REFINERÍA

Refinería de Cadereyta: Construcción, fundación e historia

Si no conocías todo lo que se produce en esta planta de Pemex, aquí te lo contamos.

Créditos: Créditos: Gobierno de México
Escrito en NUEVO LEÓN el

En medio de un debate cada vez más acalorado sobre su impacto ambiental y la solicitud de su reubicación, la Refinería Ing. Héctor R. Lara Sosa, situada en Cadereyta Jiménez, Nuevo León, se coloca como una de las refinerías más importantes de México.

Con el inicio de su instalación en 1973 e inaugurada el 18 de marzo de 1979 durante la administración del presidente José López Portillo, esta refinería se convirtió rápidamente en una de las plantas más importantes de PEMEX en México. Fue pionera en la implementación de tecnologías avanzadas, como la separación de azufre de la gasolina, y su capacidad de abastecimiento no solo a Nuevo León, sino también a Chihuahua y Coahuila, la posicionó como un activo estratégico para el país.

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Con una capacidad de procesamiento de 275 mil barriles diarios y una superficie de 767 hectáreas, la refinería cuenta con una impresionante infraestructura que incluye 39 plantas, nueve calderas, dos turbogeneradores y unidades desmineralizadoras, así como torres de enfriamiento y plantas de tratamiento de aguas negras.

La planta fue construida para procesar crudo y producir una variedad de productos petrolíferos, incluyendo gasolina, diesel, queroseno y otros derivados del petróleo.

A lo largo de los años, la refinería de Cadereyta ha experimentado varias expansiones y mejoras para aumentar su producción y eficiencia, convirtiéndose en una pieza clave de la infraestructura energética nacional; sin embargo, también ha enfrentado desafíos, incluyendo accidentes, problemas ambientales y preocupaciones por la seguridad laboral.

En respuesta a estas preocupaciones, PEMEX ha llevado a cabo proyectos de modernización y mantenimiento para mejorar la eficiencia operativa y reducir las emisiones contaminantes. A pesar de estos esfuerzos, las demandas de reubicación persisten, alimentadas por la creciente conciencia sobre los impactos ambientales y la salud pública.

Hasta ahora, la refinería de Cadereyta sigue siendo una instalación clave para la economía de Nuevo León y de México en general, proporcionando empleo a miles de personas, pero su futuro está rodeado de incertidumbre mientras continúa siendo objeto de debate y controversia sobre su papel en la sociedad y su impacto en el medio ambiente.