La Arquidiócesis de Monterrey y el Patronato del Memorial de la Misericordia dieron inicio formal a la construcción de la Cruz de la Misericordia, una imponente obra que, con 170 metros de altura, está destinada a convertirse en la cruz más grande del mundo.
Este ambicioso proyecto, que comenzó a planearse hace varios años, busca consolidarse como un ícono de fe y unión para la comunidad católica, además de un atractivo emblemático para la región.
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Inicia construcción de la Cruz de la Misericordia
La ceremonia tuvo lugar la mañana del domingo, alrededor de las 10:30 horas, en la Explanada de la Loma Larga, justo al pie de la imagen de la Virgen de Guadalupe que ya adorna el lugar.
En este espacio, Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, ofició una misa especial para dar inicio a los trabajos. Durante su homilía, Cabrera López destacó la trascendencia del proyecto y el esfuerzo conjunto que se requiere para su construcción.
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Al término de la misa, el suelo destinado para la edificación de la cruz fue bendecido en una ceremonia simbólica que marcó el inicio de los trabajos preliminares. El evento reunió a numerosos fieles, grupos de matachines y representantes del Patronato del Memorial de la Misericordia, quienes celebraron el avance de este sueño colectivo.
La ciudadanía es quien construirá La Cruz de la Misericordia
La Cruz de la Misericordia será financiada completamente por la sociedad civil, una característica que, según los organizadores, resalta el compromiso y la fe de los participantes.
Alejandro Páez, presidente del Patronato del Memorial de la Misericordia, detalló que el costo estimado de la obra podría superar los 200 millones de pesos, aunque la cifra final dependerá de los avances y ajustes necesarios en el proceso constructivo.
El patronato destacó que los fondos provendrán exclusivamente de donativos voluntarios, lo que significa que ni el Gobierno ni la Arquidiócesis destinarán recursos directos al proyecto.
Un monumento visible desde toda la ciudad
Ubicada estratégicamente en la Loma Larga, la Cruz de la Misericordia será visible desde prácticamente cualquier punto del Área Metropolitana de Monterrey, un elemento que añade valor simbólico y arquitectónico a la obra.
Además, se espera que el monumento no solo sea un centro de peregrinación religiosa, sino también un atractivo turístico que proyecte a Monterrey como un punto de referencia mundial.
La construcción, que está programada para finalizar en 2027, promete ser un hito histórico para la comunidad. Desde su planeación hasta la ejecución, el proyecto busca inspirar a los fieles y dejar un legado de esperanza y unión para las generaciones futuras.