La madrugada del 21 de septiembre de 2004, Monclova vivió uno de los crímenes más atroces en su historia, un hecho que sigue resonando en la memoria colectiva de la ciudad.
Daisy Jacqueline Tavares Niño, una joven enfermera de 23 años, fue asesinada de manera brutal mientras realizaba su turno nocturno en el desaparecido Hospital Libanés, ubicado en el Sector El Pueblo.
Aunque el crimen ocurrió hace dos décadas, muchos lo recuerdan como si hubiese sucedido en tiempos más lejanos, reflejo de cómo la violencia ha marcado la vida de los monclovenses.
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El homicidio fue cubierto extensamente por los medios locales, con titulares que no tardaron en reflejar la conmoción del caso.
“Un brutal homicidio estremece nuevamente a la ciudad”, reportando los primeros detalles del crimen.
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Daisy, que recién había dado a luz a su primera hija siete meses antes, fue encontrada sin vida por el relevo de la mañana. Su cuerpo presentaba heridas múltiples, entre ellas fracturas severas en el cráneo que, según el forense, fueron la causa de su muerte.
Además, se mencionaron lesiones en la pelvis y la pierna derecha, así como hematomas y contusiones en varias partes del cuerpo, lo que sugería el uso de un arma como un hacha.
Este crimen se convirtió rápidamente en tema de especulación. Las versiones populares comenzaron a girar en torno a un brutal asesinato cometido con un hacha, alimentado por el hecho de que el cuerpo de la enfermera había sido arrastrado aproximadamente 50 metros, dejando un rastro de sangre.
Los medios señalaron desde el principio que el crimen podría haber sido un acto de venganza, un ataque pasional o incluso el acto de un demente, sin que las autoridades lograran esclarecer los hechos.
A pesar de que las primeras investigaciones apuntaban a un exnovio de la víctima, nunca se encontraron pruebas contundentes que incriminaran a nadie. Otro testimonio inquietante salió a la luz cuando se supo que Daisy había mencionado a familiares y amigos que, en repetidas ocasiones, había visto a una persona observándola desde la contraesquina del hospital.
El Hospital Libanés, que ya ha desaparecido, sigue siendo un lugar de referencia sombría en Monclova. El lugar, abandonado y en deterioro, se ha convertido en el epicentro de numerosas leyendas urbanas, y la historia de Daisy Jacqueline Tavares ocupa un lugar central en todas ellas.
Se dice que, desde su asesinato, la enfermera ha sido vista por algunos que aseguran haber presenciado apariciones en los pasillos destruidos del hospital.