NUEVO LEÓN

La casa de Aramberri: El crimen que confesó un loro hace 90 años en Monterrey

Hace 90 años ocurrió un crimen contra dos mujeres en una casa que se convirtió en una leyenda en la calle Aramberri en el centro de Monterrey

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Esta historia se remonta al 5 de abril de 1933, cuando dos mujeres, una madre y su hija, fueros asesinadas en una casa ubicada sobre la calle Aramberri en el centro de Monterrey, en donde hay quienes aseguran haber visto los fantasmas de ambas en el lugar que hora luce en completo abandono.

La casa de Aramberri se mantiene en ruinas, y aún conserva sus paredes originales, mismas que son testigos de una escena del crimen quienes han descrito como lo más horrible que ha sucedido en la entidad; cuerpo de hija y madre tiradas en un mar de sangre.

¿Qué ocurrió realmente en la casa de Aramberri?

Algunos investigadores de la época señalaron que Antonia Lozano de 54 años y su hija Florinda Montemayor de 19 años, había sido violadas y posteriormente mutiladas.

No cabe duda que la ambición y la codicia pueden llevar a personas a perder la razón, tal es el caso de esta familia, una de las más acaudaladas del estado de aquel entonces.

La leyenda cuenta que Delfino Montemayor, el señor de la casa, el 5 de abril de 1933 salió de viaje por asuntos de trabajo, cuando dejó a su esposa y a hija solas. A unas horas de haberse ido el señor, las mujeres estaban listas para salir de paseo, cuando de pronto un llamado a la puerta no solo cambió sus planes, si no su vida.

Antonia abrió la puerta de su casa, cuando un grupo de tres hombres entraron violentos para robar a la familia una valiosa caja de monedas que guardaban. Pero además, se aprovecharon de las mujeres, torturándolas, las violaron y después las acuchillaron.

El Porvenir

Fue hasta un par de días después cuando Don Delfino regresó de su viaje y encontró a su esposa y a su hija completamente desfiguradas. 

De acuerdo con las investigaciones de la policía, informaron que el culpable de lo hechos fue un familiar cercano, pues el loro de la familia, no dejaba de repetir: "¡No me mates Gabriel, no me mates!".

La autoridades se dieron a la tarea de investigar si algún Gabriel coincida con los lazos de la familia o vecinos.

Gracias la evidencia del loro, la policía no tardó en dar con el culpable, que sería el sobrino de la fallecida Antonia.

Gabriel, junto a sus dos cómplices, fueron declarados culpables y les fue aplicada la ley fuga, en donde los tres murieron. 

Mucho se dice que Don Delfino Montemayor siguió viviendo en esa casa después del crimen hasta el año en que falleció en diciembre de 1957, y fue sepultado en el panteón Dolores, en Monterrey, junto a su esposa y su hija.

El Mañana 

A 90 años de los hechos en la casa de Aramberri, aunque quedó en completo abandono, es uno de los lugares más misterios de la ciudad.

Algunos vecinos o personas que han transitado por afuera de la casa, aseguran escuchar gritos y lamentos de mujeres, mientras que otros han dicho que al pasar sienten un extraña sensación, que les es difícil no voltear a ver la casa y sentir preocupación y tristeza.

Hay videntes que se han tomado el tiempo para visitar el lugar y sentir las energías que se acumulan en lo que alguna vez fue un hogar; dolor y mucho sufrimiento es lo que han detectado con tan solo estar algunos minutos en la casa en ruinas.