El avance de los gobiernos de derecha y ultraderecha en América Latina es un signo de que las sociedades están polarizadas y que los ciudadanos están dispuestos a cambiar de régimen de gobierno si no ve resultados, manifestó la presidenta de la Cámara de Diputados, Kenia López.
Luego de que la Presidenta de la República expresara que en México no puede ocurrir lo que pasó en Chile, que de un proceso electoral a otro pasó de un gobierno de izquierda a uno de derecha, López Rabadán señaló que lo positivo es que ningún gobierno es eterno.
“Solamente te diré: ningún gobierno es para siempre, gracias a dios”, manifestó la legisladora del Partido Acción Nacional (PAN), al que ella misma definió como de “centro-derecha”.
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Péndulo político
Consultada expresamente sobre el tema, la parlamentaria manifestó que no solo América Latina, sino también el resto del mundo están viviendo un fenómeno de “péndulo” político.
“Hay péndulos históricos, y eso lo podemos comprobar a lo largo, digamos, de las elecciones, incluso en México, en América Latina, en Europa, hay péndulos, usualmente. Incluso había décadas en donde el péndulo estaba más en el centro, no había estos extremos de derecha o derecha extrema o izquierda o izquierda extrema, durante muchos años la ideología política había estado en el centro”, dijo.
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Hoy hay una polarización internacional, esa es la realidad, hay una polarización en el mundo, a las personas les está gustando fijar una posición o de derecha o de izquierda, en términos ideológicos.
Tras los comicios presidenciales en Chile, donde el triunfo fue para el candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast, la parlamentaria panista manifestó que lo que se debe esperar en México es que, como en ese país, los partidos que pierdan en las urnas, lo admitan y dejen libre el paso a quienes ganen las contiendas.
“Yo lo que espero de este país es que quien gane, se respete ese gane; y que, quien pierda, se vaya a su casa, que no haya, como lo hemos visto en otros países, que quien gana no puede ganar, porque el gobierno sigue aferrado a quedarse (…) Yo creo que México no se merece repetir historias lastimosas, en donde la obsesión por el poder, por los privilegios, por el dinero, hace que se quieran quedar aferrados al gobierno o al poder. Eso me parece terrible”, agregó.