La crónica de Carlos Monsiváis sobre el terremoto de 1985 en la Ciudad de México es uno de los testimonios más importantes para entender no solo la magnitud del desastre, sino también la reacción de la sociedad civil frente a la tragedia.
El escritor retrata con detalle el impacto de un movimiento telúrico de 8.1 grados que dejó más de 10 mil muertos, miles de heridos y una capital en ruinas. Pero lo que hace imprescindible su texto es que va más allá de las cifras; describe cómo el país vivió un antes y un después en su manera de relacionarse con el poder y de asumir la solidaridad.
¿Qué destaca Monsiváis en su crónica del 19S?
Monsiváis señala que el gobierno priista de entonces quedó rebasado, incapaz de dar una respuesta inmediata y efectiva a la emergencia. En contraste, ciudadanos comunes salieron a las calles a rescatar personas, organizar brigadas, donar víveres y levantar escombros con sus propias manos.
Te podría interesar
En palabras del cronista, el terremoto reveló la fuerza de una sociedad que se negó a permanecer pasiva y que aprendió a confiar en sí misma. Este despertar ciudadano marcó un parteaguas en la historia contemporánea de México, al convertirse en la semilla de movimientos sociales posteriores.
El valor histórico de la crónica
La narración de Monsiváis es considerada imprescindible porque no se limita a documentar un hecho trágico: interpreta sus consecuencias políticas y culturales. Subraya que el 19S de 1985 fue un momento en el que los ciudadanos tomaron conciencia de su capacidad de organización, cuestionando la legitimidad de las autoridades y fortaleciendo la idea de la participación social.
Te podría interesar
A casi cuatro décadas de distancia, su crónica sigue siendo un recordatorio de la memoria colectiva y de cómo la solidaridad puede transformar la historia de un país.
