En el cumplimiento del objetivo de alcanzar la soberanía alimentaria, es central la infraestructura hidroagrícola y su fortalecimiento y modernización, coincidieron en señalar legisladores federales y especialistas.
Lo anterior, en el marco de los trabajos de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados.
La presidenta de esa instancia parlamentaria, Elizabeth Cervantes, hizo énfasis en la relevancia de dar un uso más eficiente al recurso hídrico, para impulsar la productividad del campo.
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“La soberanía y garantía alimentaria son retos estratégicos de alta prioridad nacional, especialmente en lo que respecta a la producción de granos básicos como maíz, trigo, arroz y frijol. El fortalecimiento de al infraestructura hidroagrícola es fundamental para garantizar el abastecimiento presente y futuro de alimentos mediante un uso más eficiente del agua y una mayor productividad agrícola”, manifestó la legisladora del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Al encabezar la presentación del libro titulado “Problemas, Reos y Oportunidades del Sector Riego para el Desarrollo y la Sostenibilidad Hidroagrícola en México”, la parlamentaria indicó que es necesario conocer el tema, identificar las “áreas de oportunidad” o problemas en la materia, para promover políticas públicas adecuadas.
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En ello coincidió la diputada del Partido del Trabajo (PT), Magdalena Núñez, al pronunciarse a favor de acciones para alcanzar un desarrollo sostenible en el campo.
En su turno, el autor del texto, Nahún Hamed García Villanueva habló de la relevancia de promover un desarrollo adecuado del sector agrícola, en el cual los distritos de riego son un elemento central.
Indicó que en el país hay más de 500 mil usuarios del recurso hídrico en los distintos de riego, y para hacer un uso adecuado de los mismos, se requiere la participación coordinada de usuarios, autoridades federales y locales y en especial, de la canalización de recursos.
Indicó que desde los distritos de riego se requiere incrementar la productividad así como las superficies bajo riego.
También es indispensable hacer un uso más eficiente del agua, con una mejor conducción, distribución y aplicación “parcelaria”.
Lo anterior se logrará con una adecuada tecnificación del campo, impulsada con inversiones públicas y privadas.