El 11 de julio, Ovidio Guzmán apareció ante la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois con cadenas en los tobillos, uniforme naranja y una voz quebrada. Ese día, el hijo del Chapo se declaró culpable.
No era cualquier audiencia: fue un momento decisivo que podría cambiar el rumbo de los casos más sensibles de narcotráfico en Estados Unidos. Su nombre, vinculado al Cártel de Sinaloa y a la epidemia de fentanilo, entró en una nueva fase judicial con implicaciones profundas a nivel internacional.
Con este reconocimiento de culpabilidad, también aceptó un trato con la justicia estadounidense que lo convierte en testigo colaborador. La jueza Sharon Johnson Coleman aceptó su declaración y dejó en suspenso la sentencia por seis meses, plazo en el que se evaluará el grado de cooperación de Ovidio Guzmán con las autoridades.
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Ya no solo se trata del apodo “El Ratón”, sino de un testimonio que podría detonar nuevas investigaciones y detenciones.
¿Cuáles son las causas por las que Ovidio Guzmán se declaró culpable?
La admisión de responsabilidad por parte del hijo del Chapo no fue un simple acto simbólico. Responde a cuatro causas clave que lo colocan en el centro de las operaciones criminales más graves del hemisferio.
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La primera es su liderazgo dentro del Cártel de Sinaloa, organización que no solo produce y trafica drogas, sino que también maneja redes internacionales de distribución. El gobierno estadounidense lo señala como una figura operativa central en el tráfico de fentanilo, sustancia que ha causado miles de muertes en su territorio.
En segundo lugar, admitió su implicación en homicidios y secuestros, crímenes que confirman el uso sistemático de la violencia como método de operación del grupo al que pertenecía. Durante la audiencia, reconoció su participación directa en al menos tres asesinatos y varios casos de privación ilegal de la libertad.
La tercera de las causas por las que Ovidio Guzmán optó por declararse culpable está relacionada con su voluntad de colaborar con las autoridades estadounidenses. A cambio de su testimonio y de entregar información clave, la fiscalía podría solicitar una reducción en su sentencia. La condición es clara: debe brindar asistencia plena, revelar nombres, rutas y operaciones, y estar dispuesto a declarar en otros juicios contra integrantes del Cártel de Sinaloa y redes aliadas.
Este punto no solo puede definir el destino legal de Ovidio Guzmán, sino también abrir nuevas líneas de investigación para la DEA, el FBI y otras agencias que buscan desmantelar las estructuras criminales transnacionales. El acuerdo alcanzado lo convierte en una pieza clave dentro del tablero judicial contra el narcotráfico.
Finalmente, la cuarta de las causas fundamentales detrás de su declaración está relacionada con la reparación económica. Como parte del convenio, el hijo del Chapo se comprometió a pagar 80 millones de dólares. Esta cifra no solo representa una forma de compensación económica por los daños generados por su actividad criminal, sino que también sienta un precedente en cuanto a la rendición de cuentas patrimoniales en casos de alto perfil.
El dinero se convierte en una herramienta de presión, pero también en una señal de cooperación. Para las autoridades estadounidenses, representa el inicio de una recuperación simbólica, aunque mínima, frente al daño causado por años de tráfico de drogas y violencia.
Por ahora, su sentencia está aplazada. El tribunal evaluará durante seis meses el cumplimiento del acuerdo de cooperación. Si las condiciones se cumplen, podría recibir una condena menor a la cadena perpetua. Si incumple, enfrentará el peso completo de las leyes federales.
