La ministra en retiro Norma Piña aseguró que la anterior integración de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hizo todo lo posible por frenar la reforma judicial impulsada por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, pero que, al definirse la sobrerrepresentación en el Congreso, este proceso se aceleró.
Al participar en un foro organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Piña Hernández reconoció que deberán pasar al menos diez años para que pueda registrarse una nueva reconfiguración en el Poder Judicial.
Dijo que los ministros acordaron que fuera Javier Laynez quien hablara sobre la reforma y sus efectos; sin embargo, reconoció también que el proceso se aceleró, lo que no ocurrió en otros países, donde la modificación del Poder Judicial tomó varios años.
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“Las curvas de aprendizaje se pagan caro, y quien las paga es el justiciable. Los ciudadanos van a sentir el cambio. Aquí todos estamos conectados con el derecho, pero el ciudadano va a sentir el impacto de no ser juzgado por personas con carrera judicial”, advirtió.
La ministra en retiro señaló que la reforma judicial puede revertirse con educación cívica y jurídica de la sociedad, y que, a futuro, se debe insistir en que la elección de jueces y magistrados respete la carrera judicial.
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Por su parte, el ministro en retiro Jorge Mario Pardo Rebolledo comentó que se construyó una narrativa contra el Poder Judicial a partir de la molestia que generaron al anterior gobierno algunas resoluciones de la Corte.
Al ser cuestionado sobre la intención de los nuevos ministros de revisar sentencias de las salas de la anterior integración del máximo tribunal del país, Jorge Mario Pardo advirtió que este asunto puede convertirse “en un cuento de nunca acabar”.
“Nosotros no hubiéramos ni siquiera discutido el tema. Cuando la Suprema Corte ejerce su facultad de atracción, lo hace para resolver en última instancia. Ya no hay posibilidad de interponer un recurso en contra de la resolución de la Corte, porque sería el cuento de nunca acabar”, indicó.
El ministro en retiro señaló que la estrategia impulsada desde el oficialismo para presentar al Poder Judicial como enemigo tuvo efectos difíciles de revertir, porque apeló a las emociones y no al razonamiento jurídico.
