La reciente salida de Alejandro Gertz Manero de la Fiscalía General de la República (FGR) ha desatado un torbellino de especulaciones y análisis sobre su gestión. Ricardo Ravelo, periodista experto en temas de seguridad y narcotráfico, ofrece una perspectiva crítica, señalando una "larga lista de temas que no resolvió" y que, según él, contribuyeron a su "renuncia obligada".
Uno de los temas más explosivos y políticamente sensibles que Gertz Manero no logró resolver fue el del huachicol. Ravelo destacó que este caso implicaba a "políticos de Morena y empresarios ligados a Morena", y que la pérdida para el fisco ascendía a "600 mil millones de pesos según las cifras más modestas".
La investigación se vio empañada por la implicación de figuras de alto nivel, incluyendo a Adán Augusto López, a quien Ravelo describe como "el capo de capos de Morena que está ligado a un a una red de tráfico de influencia con los hijos de López Obrador en el huachicol fiscal".
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La falta de avances en este caso generó sospechas de encubrimiento y de que la fiscalía "no se supiera la verdad".
Ayotzinapa y Lozoya: Deudas pendientes con la justicia
Además del huachicol, Gertz Manero dejó sin resolver otros casos de gran relevancia. El "caso Ayotzinapa", una herida abierta en la sociedad mexicana no encontró una resolución definitiva bajo su dirección.
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De igual manera, el "caso Lozoya con agronitrogenado con los Anciras" quedó en un punto muerto, sin que se esclareciera si "pagaron o no pagaron los 200 millones de dólares de esa planta que compró Pemex en el sexenio de Peña con sobreprecio", dijo con Manuel López San Martín.
Estos expedientes, sumados al "caso del Rancho Izaguirre", evidencian una gestión que, según Ravelo, careció de resultados concretos en asuntos de alta complejidad y repercusión pública.
Filtraciones y la 'Triple A': un juego de poder
Ravelo sugiere que la incomodidad del fiscal se debía a "tanta información que tenía" y a las "filtraciones de los expedientes que implicaban a personas de Morena".
Estas filtraciones, que "tuvieron conocimiento de ello también las agencias estadounidenses", apuntaban a la "triple A": Adán Augusto López, Andrés Manuel López Obrador y Andy López Beltrán. Ravelo afirma que estas figuras "llevaron la peor parte en estas filtraciones" y que "quizá por eso decidieron operar la destitución, darle un golpe de estado a Alejandro Getz Manero".
La situación se tornó "surrealista" cuando Adán Augusto, con "35 denuncias en la Fiscalía General de la República" y "carpetas abiertas por huachicol, tráfico de influencias y narcotráfico", se convirtió en el "principal operador de Morena para lograr la mayoría calificada" que facilitó la salida del fiscal.
La gestión de Alejandro Gertz Manero en la FGR estuvo marcada por una serie de casos de alto perfil que quedaron sin resolver, generando un manto de dudas sobre la independencia y eficacia de la institución. Las presiones políticas, las filtraciones y la implicación de figuras poderosas de la 4T en investigaciones clave, como el huachicol, pintan un panorama complejo donde la búsqueda de justicia se vio obstaculizada.