Alejandro Gertz Manero está en el centro de la polémica, ya que anunció que dejará la Fiscalía General de la República, puesto que debía desempeñar hasta 2028. Agradeció a la presidenta Claudia Sheinbaum la propuesta del nuevo cargo.
En 2019 Alejandro Gertz Manero fue el primer Fiscal General de la República
Alejandro Gertz Manero ha sido, por décadas, una de las figuras más persistentes y polémicas dentro de la vida pública mexicana. Su historia comienza en la Ciudad de México, donde nació en 1939, y desde muy joven mostró una inclinación casi natural hacia el Derecho.
Estudió en la Escuela Libre de Derecho y más tarde obtuvo un doctorado en la UNAM, lo que lo llevó a convertirse en profesor, investigador y, con el tiempo, un nombre recurrente en el mundo académico.
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Pero su vida tomó un rumbo mucho más visible cuando entró de lleno al servicio público. A lo largo de los años 70, 80 y 90 ocupó cargos clave dentro de la entonces Procuraduría General de la República: desde agente del Ministerio Público hasta responsable de áreas relacionadas con el patrimonio cultural. Era un funcionario que parecía conocer cada rincón de las instituciones que tocaba.
Su ascenso continuó. Fue Secretario de Seguridad Pública en el entonces Distrito Federal y después, durante el gobierno de Vicente Fox, encabezó la seguridad pública federal. En esos años se forjó la imagen de un hombre duro, disciplinado, meticuloso, aunque también comenzaron a perseguirlo cuestionamientos y controversias por decisiones tomadas desde esos cargos.
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En el terreno político, incluso fue diputado federal. Pero el giro más importante de su carrera llegaría en 2019, cuando se convirtió en el primer Fiscal General de la República, justo cuando la PGR se transformó en un organismo autónomo.
Para muchos, era la apuesta por una figura con experiencia; para otros, un movimiento que no representaba un cambio real para la justicia mexicana.
Desde ese puesto protagonizó momentos de enorme visibilidad: impulsó investigaciones de alto calibre, encabezó procesos complejos y también fue blanco de críticas intensas, desde temas familiares hasta decisiones institucionales.
En su trayectoria ha ocupado casi todos los cargos posibles en materia de seguridad y justicia en México, que ha influido, incomodado, generado polémica y formado parte del debate nacional durante más de medio siglo. Su figura se ha convertido en un personaje recurrente en el relato moderno de la política mexicana.
La salida de Alejandro Gertz Manero abre la puerta a una reconfiguración institucional, con nuevos actores, estrategias y la promesa de una Fiscalía con rostro distinto.