Una de las dudas más comunes durante el Día de Muertos es saber cuánto tiempo se debe mantener la ofrenda en casa. La tradición marca que, después de los días de visita de las almas, los altares deben retirarse para dar por concluido el homenaje a los seres queridos, aunque cada familia puede ajustar los tiempos según sus costumbres.
Muchas personas se preguntan qué sucede si la ofrenda se mantiene más tiempo del que marcan las tradiciones. Esta duda aparece cada año y genera distintas opiniones, ya que algunas familias creen que prolongar la presencia de los altares ayuda a mantener viva la memoria de los seres queridos, mientras que en otras regiones se considera que hacerlo podría alterar el orden de los rituales.
¿Cuándo se retira la ofrenda de Día de Muertos?
La tradición marca que los altares se desmontan el 3 de noviembre, una vez que se considera que las almas han regresado a su descanso. En muchas casas, las familias deciden qué hacer con los elementos del altar, mientras algunos prefieren consumirlos, otros optan por desecharlos o enterrarlos, siempre con respeto hacia lo que simbolizan.
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Se cree que los alimentos y objetos del altar conservan la energía de los visitantes, por lo que su esencia queda impregnada y merece consideración. También existe la idea de que ingerir lo que estuvo en la ofrenda no es recomendable, ya que podría cargarse de energías ajenas. Sin embargo, si se consumen respetando su estado, no representan un riesgo para la salud.
Los platillos más elaborados, como guisados, mole o arroz, pueden deteriorarse rápidamente si no se refrigeran, y en apenas uno o tres días, estos alimentos pueden comenzar a descomponerse, lo que sí podría afectar la salud si se ingieren. Por ello, muchas familias prefieren repartirlos inmediatamente o desecharlos después del 2 de noviembre.
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Por otro lado, la fruta, los dulces, el pan de muerto y las bebidas suelen conservarse mejor, especialmente si el clima es fresco. Este tipo de alimentos puede aprovecharse para compartir entre los familiares y amigos que participaron en la celebración, siempre evaluando que no haya pasado demasiado tiempo desde que fueron colocados en el altar.
Finalmente, retirar la ofrenda es un acto de cierre que también sirve para limpiar el espacio. Más allá de la comida, las flores, velas y objetos se guardan o se desechan respetuosamente, cerrando así un ciclo que honra a los seres queridos y mantiene viva la tradición del Día de Muertos.
¿Cómo cuidar y aprovechar los elementos de la ofrenda?
Si los alimentos de la ofrenda ya se han empezado a descomponer o ya no saben bien, lo mejor es desecharlos para evitar problemas de salud.
En cambio, bebidas, licores y dulces que se conservan fácilmente pueden guardarse y reutilizarse para la ofrenda del siguiente año, siempre cuidando que no se dañen. Las calaveritas de azúcar u otros adornos también se pueden conservar si se almacenan en un lugar seco y seguro.
Otra opción que se ha vuelto popular es usar representaciones de plástico de los platillos típicos, como tamales o mole. Esto permite mantener la tradición sin desperdiciar comida, y hace que la ofrenda pueda durar más tiempo. Además, es una forma de enseñar a los niños sobre la celebración sin preocuparse por alimentos que se echen a perder.
