En junio de 1881, un acontecimiento trascendental marcó el inicio de una nueva era para Monterrey: la llegada del primer tren a la ciudad. La máquina, con su imponente presencia, atrajo a multitudes que acudieron a pie, a caballo y en carruajes para presenciar este importante momento. ¿Te lo puedes imaginar? Entre los pasajeros se encontraba el superintendente de la línea, el señor Fuller, acompañado por familias de los dos Laredos, Lampazos y Villaldama.
Nuevo León albergó aproximadamente 20 estaciones de tren distribuidas en diversos municipios, muchas de las cuales algunas ya no existen, sin embarro hay un edificio que se puede considerar la mayor muestra del sistema de ferrocarriles que existía en el Estado:
La Estación del Golfo: Comenzó su construcción en 1891, y ahora se encuentra la Casa de la Cultura de Nuevo León. Este majestuoso edificio de estilo inglés fue considerado una de las estructuras más bellas de su tipo en México, según relata el historiador José Antonio Olvera. A lo largo de los años, la Estación del Golfo fue testigo de eventos trascendentales como la visita del presidente Porfirio Díaz en diciembre de 1898 y la toma por parte del general Pablo González durante la Revolución Mexicana en 1913. Además, fue escenario de la llegada de Francisco Villa, el "Centauro del Norte", a la ciudad en marzo de 1915. Aunado a su importancia histórica, la estación era conocida por ser una zona roja, repleta de cantinas y lupanares, la cual cerró sus funciones hasta el año 1943.
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Hoy en día, el Museo de la Estación del Golfo, desde 1973 muestra que presenta varios aspectos de la historia del ferrocarril en el noreste de México a través de las 110 piezas que forman la exposición permanente “Antigua Estación del Golfo”, la cual incluye herramientas de trabajo, señalamientos de tránsito, así como fotografías y objetos de los ferrocarriles relacionados al trabajo diario en la añeja estación ferroviaria.
Estación Unión: Ubicada en las actuales calles de Colón y Cuauhtémoc, la Estación Unión, construida entre 1900 y 1905, también ocupó un lugar destacado en la historia de Monterrey. Hasta hace unos años aquí estaba la popular tienda Famsa Colón.
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Fue aquí donde Francisco I. Madero, conocido como el "apóstol de la democracia", fue recibido por una multitud de aproximadamente 10 mil personas en un emotivo encuentro. Sin embargo, la estación también fue testigo de la agitación política, como el incendio parcial perpetrado por los carrancistas en enero de 1915, durante la Revolución Mexicana. Posteriormente, en marzo de 1929, la Estación Unión fue tomada por las fuerzas rebeldes durante la "Revolución escobarista".
Estación de Ferrocarriles Nacionales de México: Inaugurada entre 1964 y 1965, la estación representó un avance significativo en la infraestructura ferroviaria de Monterrey. Con dos plantas que albergaban salas de espera de primera y segunda clase en la planta baja, y oficinas administrativas en la superior, la estación fue diseñada para dar cabida a un gran número de pasajeros. Sin embargo, a medida que el transporte ferroviario de pasajeros declinaba hacia finales del siglo XX, la estación dejó de prestar servicio en 1995 y actualmente yace abandonada, utilizada solo esporádicamente como bodega municipal.
Hoy en día, estas estaciones históricas de Monterrey son más que meros edificios; son testigos silenciosos de los viajes y las historias que han marcado la vida de generaciones. Desde la emoción de las llegadas hasta las despedidas llenas de incertidumbre, estos lugares evocan un pasado vibrante que sigue vivo en la memoria de los regiomontanos.