Ovidio Guzmán, “El Ratón”, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, podría 'quebrarse' para buscar un acuerdo con la justicia de Estados unidos y así evitar una sentencia en una prisión de alta seguridad como en la que se encuentra su padre, el líder del Cártel de Sinaloa.
En entrevista con MVS Noticias, el periodista especializado en delincuencia organizada, Óscar Balderas, analizó el caso del integrante de la célula de "Los Chapitos", quien el pasado viernes 15 de septiembre fue extraditado sorpresivamente a EU.
Señaló que el sigilo llevado durante las acciones para su traslado desde el penal del Altiplano a ponerlo en manos de las autoridades estadounidenses corresponde a dos factores, el primero la capacidad de respuesta del grupo delincuencial y en segundo lugar la prisa por juzgarlo en el país vecino.
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"El Cártel de Sinaloa ha probado que tiene una reacción muy violenta cuando alguno de los suyos es detenido o puede sufrir un proceso de extradición exprés", dijo.
Recordó que en el llamado "Culiacanazo", el grupo delincuencial mostró que no tiene problema no sólo de enfrentarse a policías y militares, sino también de atacar a civiles no relacionados.
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Pues durante los hechos del 17 de octubre de 2019, el grupo tenía rodeadas las unidades habitacionales de los militares y habían amenazado con matar a los hijos y a las esposas de estos; e incluso circularon mensajes de WhatsApp en que advertían que a determinada hora asesinarían a cualquier persona que encontraran en las calles.
Apuntó que otra escena dramática vista, ahora en el denominado "Culiacanazo 2.0", fue cuando un convoy de Los Chapitos, pensando que podrían entorpecer el traslado aéreo de Ovidio Guzmán, abrieron fuego en contra de un avión pasajeros en el aeropuerto de Sinaloa.
"Nunca habíamos visto eso en México, y mira que en México tenemos la vara bastante guanga para ver cosas y andar siempre empujando los límites del horror. Nunca habíamos visto que se le disparara a un avión de pasajeros con familias, la gente estaba tirada en el piso del avión".
Por otro lado agregó que del 6 de enero, fecha de su captura, al 15 de septiembre, pasaron 252 días; mientras que "El Chapo" Guzmán permaneció 372 días en una cárcel mexicana; "el gobierno de EU sintió más prisa por El Chapito, que por El Chapo", expresó.
El especialista consideró que el hecho habla de la urgencia que existe porque se le juzgue rápido, así como de que en EU haya la sensación de que hay un gobierno que sí llama a cuentas a este personaje, a quien se le atribuyen los males del fentanilo en territorio estadounidense.
¿Ovidio Guzmán se podría quebrar?
Óscar Balderas opinó que es importante entender el perfil de "El Ratón", del que destacó es un joven de 33 años de edad, que creció en escuelas privadas, con muchos privilegios, lejos de las condiciones de pobreza en que creció Joaquín Guzmán, en la Sierra de Badiraguato.
"Es un chico acomodado, acostumbrado a los excesos, al lujo, al confort, que va a enfrentarse a condiciones muy duras de reclusión; eso lo hace especialmente susceptible a quebrarse, a aceptar una cooperación, ser testigo, hablar, contar lo que sabe, con tal de reducir los riesgos de una prisión de máxima seguridad o una sentencia de cadena perpetua", explicó.
Señaló que lo más interesante del juicio en contra del narcotraficante, es lo que hará para "salvar su pellejo", si estará dispuesto a llegar al gran jurado y enfrentar condiciones de máxima seguridad, como las que pasa su padre.
Mencionó que los abogados de "El Chapo" Guzmán han afirmado que su cliente se ha vuelto loco, pues las condiciones de aislamiento menguaron su salud mental, al grado de que en las noches despierta gritando porque alucina que hormigas recorren su cuerpo.
"Ovidio, el narcojunior, el de los excesos de lujo, las marcas de ropa de boutiques, ¿va a aceptar ese destino? ¿o va a hablar, va a delatar a sus hermanos, va a cooperar con EU y entonces va a encontrar o va a pretender buscar medidas de reclusión laxas, mucho más cercanas a lo que obtuvo Emma Coronel?", reflexionó.
Cuestionó quiénes irán a caer por las declaraciones de Ovidio, si serán sus hermanos, quienes "se la jugaron por él en el Culiacanazo 1 y en el Culiacanazo 2".
Consideró que se trata de un eslabón débil, ya que no tiene la resistencia de los viejos capos sinaloenses, ni la resiliencia que tienen sus hermanos; "es el taimado, es el chiquito".
Agregó que incluso sus abogados han revelado que sufre de depresión, ansiedad y temas de gastritis porque es muy nervioso.
"Viene una historia interesante que él va a poder contar basado justo en este perfil de alguien que no está acostumbrado al calor de las prisiones de Estados Unidos", finalizó Óscar Balderas, sobre lo que sucederá en el caso de Ovidio Guzmán.