Consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) hicieron un llamado al Senado de la República a analizar con profundidad los impactos que tendrá la aprobación del llamado plan B, el cual implicaría una regresión.
En conferencia de prensa, el presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, destacó que la Cámara Alta puede enmendarle la plana a la Cámara de Diputados y salvar la constitucionalidad de la reforma.
“La democracia vive momentos cruciales: la aprobación de una eventual reforma a las leyes electorales podría trastocar profundamente el sistema electoral que México ha construido y perfeccionado durante más de tres décadas. Por todas estas razones, consideramos que la reforma produciría un efecto regresivo, contrario al principio de progresividad de los derechos reconocidos constitucionalmente, y puede generar incertidumbre en torno a las reglas de la contienda electoral. Hacemos un llamado a las legisladoras y legisladores a analizar con profundidad los impactos de los cambios propuestos y a establecer los mecanismos que consideren pertinentes para hacerles llegar toda la información técnica que requieran para tomar las mejores decisiones”.
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Córdova Vianello enfatizó que de ser el caso, el INE recurrirá a todas las instancias y a todas las vías jurídicas que la Constitución brinda para salvaguardar la autonomía y garantizar elecciones libres y auténticas, al tiempo en el que subrayó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) será la que garantice el futuro de la democracia.
“Espero que la Corte afronte eventuales recursos que se presenten en esta materia, quiero pensar y confiamos en que no sabemos de qué están hechos los ministros de la Suprema Corte de Justicia y que ellos serán, en caso de que el Ejecutivo y el Legislativo no salvaguarden el orden Constitucional, quienes garantizarán el futuro de la democracia mexicana y el derecho de los mexicanos de poder seguir viviendo en democracia a través de elecciones libres y auténticas”.
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En su oportunidad, el consejero Uuc-kib Espadas subrayó que con la reforma se está obligando a experimentar, con una nueva estructura, una elección presidencial que promete ser una elección difícil, tensa y polarizada.
“¿En verdad un precandidato puede preferir que su elección se haga en este sistema frágil, vulnerable que no puede garantizar plenamente el proceso orgánico, incluyendo la instalación de las casillas? ¿Debe someterse a la República a un riesgo como este en la próxima elección presidencial? Hay muchas respuestas que no tengo, pero a está si tengo, no, no sirve a la República”.
A su vez, el consejero Jaime Rivera puntualizó que el plan B significa “una grave amputación” de la capacidad operativa del instituto.