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En la actualidad, actores maliciosos están usando los llamados deepfake, es decir, imágenes, videos y audios generados utilizando herramientas de inteligencia artificial, para desinformar al público sobre numerosos acontecimientos.
Entre otros, intentan influir en la política de las naciones, sus procesos electorales y en el comportamiento de los mercados financieros.
Muchas organizaciones, entre ellas, Europol, están considerando los deepfakes como una gran amenaza para la seguridad pública, debido a que están mostrando de forma convincente a personas diciendo o haciendo cosas que nunca hicieron.
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La más reciente preocupación en Europa con relación a este fenómeno digital, es la aparición de videos en los que doctores acreditados aparecen difundiendo información médica errónea.
Son cada vez más los casos en los médicos están siendo víctimas de imágenes falsas, en las que se abusa de su nombre y de su experiencia para divulgar absolutos disparates, como decir que la vaselina contiene gasolina, que la diabetes no existe o que las cremas y bloqueadores solares no ayudan a proteger contra el cáncer.
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Entre las múltiples víctimas de este destructivo fenómeno, está la doctora holandesa Tamara Derks, que durante siete años ha publicado exitosos vídeos informativos en sus redes sociales, pero que últimamente, ha aparecido en materiales manipulados afirmando cosas que nunca ha dicho y que contradicen a la ciencia poniendo en riesgo la salud de las personas.
“Lo que ves es un video en el que pareciera como si yo estuviera recomendando algo pero que está hecho con inteligencia artificial. Yo no soy, nunca lo he dicho, pero pareciera que sí”.
Alterar la imagen de un médico es perverso y altamente peligroso.
Si algo distingue al médico acreditado, es un alto grado de credibilidad, por lo que manipular de forma perversa lo que dicen, puede tener consecuencias letales para las personas, advierten los especialistas.
En respuesta a esta amenaza emergente, Europol está trabajando con los cuerpos de seguridad de los Estados miembros de la Unión Europea en la elaboración de mecanismos que permitan aplicar la ley sin perjudicar las oportunidades de estas tecnologías emergentes.
Europol prevé que los delincuentes y los actores maliciosos aumenten el uso de deepfakes en los próximos años, de allí la importancia de comprender su amenaza y aumentar el conocimiento sobre su existencia entre la población.
Un conocimiento que para muchos sigue siendo limitado.
Un estudio realizado en febrero de este año reveló que uno de cada tres británicos y estadounidenses de entre 55 y 64 años de edad nunca ha escuchado sobre los deepfakes, ni de su impacto.
Lo que es sumamente preocupante, porque las personas al ser incapaces de identificarlos pueden ser víctimas de comportamientos que pueden poner en riesgo su salud y la de su familia.
