En un ambiente de creciente tensión geopolítica, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pronunció este viernes un contundente mensaje de desafío y unidad nacional: "Nadie tocará a Venezuela".
La declaración, realizada durante un acto masivo en defensa de la soberanía, marca el punto más álgido de una nueva escalada retórica y militar con el gobierno de los Estados Unidos.
El detonante de esta crisis fue el reciente anuncio de Washington sobre el despliegue de una fuerza militar adicional en el sur del mar Caribe, en aguas cercanas a las costas venezolanas, con el objetivo declarado de "combatir el narcotráfico". Para el gobierno de Maduro, esta movida es interpretada como una amenaza directa y un pretexto para una eventual acción contra el país suramericano.
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Venezuela: Respuesta masiva y un llamado a la unidad patriótica
Frente a lo que percibe como una amenaza inminente, la administración de Maduro ha emprendido una serie de acciones rápidas y de alto perfil. El mandatario no solo se limitó a las palabras, sino que ejecutó una estrategia de movilización nacional.
El pasado lunes, hizo un llamado a la activación y alistamiento de 4,5 millones de milicianos – cuerpos de civiles armados – y en la víspera convocó a una jornada masiva de preparación para "hacer frente a las crecientes amenazas de Washington".
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"No es tiempo de diferencias políticas ni de colores. Una sola bandera nos cobija […] y esta patria es inexpugnable. Nadie tocará a Venezuela. Que lo oiga el que quiera oírlo: Venezuela se respeta", afirmó Maduro desde una plaza abarrotada, rodeado de simpatizantes y uniformados, en un discurso que entretejió la defensa nacional con una narrativa de orgullo patrio.
Caracas niega enérgicamente las acusaciones de Washington sobre ser un "Estado narco" y la supuesta complicidad de sus altos funcionarios con el tráfico de drogas. El gobierno venezolano alega que estos señalamientos contradicen informes internos de agencias estadounidenses que, en el pasado, han reconocido los esfuerzos antinarcóticos de Venezuela.
La tensión bilateral ha trascendido las fronteras de ambos países, generando un notable eco en la comunidad internacional. Varias naciones han expresado su preocupación y rechazo a cualquier operación militar que viole la soberanía venezolana.
Mientras el gobierno de Donald Trump insiste en que su objetivo es solamente la interrupción del tráfico de drogas, la retórica beligerante de Caracas y su movilización sin precedentes preparan a la nación para un escenario de confrontación, con un Nicolas Madura que ha dejado claro que cualquier acción será respondida con firmeza.