Los pronósticos fueron ciertos, Zohran Mamdani se ha convertido en el ganador de las elecciones a la alcaldía de Nueva York, haciendo historia como el primer migrante musulmán y el más joven en dirigir la Gran Manzana desde 1892. El demócrata logró una victoria contundente con el 50.4% de los votos, superando a sus contrincantes Andrew Cuomo (41.6%) y Curtis Sliwa (7.1%), según proyecciones de AP, CNN y NBC News.
Ante miles de seguidores, el demócrata celebró su triunfo citando al candidato socialista Eugene V. Debs: “Puedo ver el amanecer de un día mejor para la humanidad”, una frase con la que subrayó su visión de esperanza y transformación para la ciudad.
Mamdani obtuvo más de un millón de votos, equivalentes al 50% del electorado, consolidando una victoria que, además de política, representa un cambio simbólico hacia la diversidad y la inclusión.
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En su discurso, agradeció a “los taxistas, a las abuelas mexicanas y a los trabajadores” por su apoyo, y dedicó palabras especiales a sus padres, a quienes reconoció por “haberlo hecho el hombre que es hoy”.
El nuevo alcalde, con tono inspirador dijo: "respiramos el aire de una ciudad renacida”, prometiendo reconstruir una Nueva York más justa, solidaria y abierta a todos los que la hacen vivir día a día.
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"El alcalde de todos" se lanza contra Trump
El progresista prometió ser “el alcalde de todos”, incluyendo a judíos y musulmanes, y aseguró que su administración será una nueva era sin “islamofobia ni antisemitismo”.
“Cada mañana me levantaré con el único propósito de hacer de esta ciudad un lugar mejor para ustedes que el día anterior”, aseguró, comprometiéndose a gobernar con cercanía y empatía a partir del 1 de enero, cuando asuma oficialmente el cargo.
Mamdani también envió un mensaje directo al presidente Donald Trump, quien lo había calificado de “comunista” y amenazado con cortar fondos federales si ganaba: “Trump, sé que estás escuchando. Sube el volumen. Para llegar a cualquiera de nosotros, tendrás que pasar por todos nosotros”, respondió entre aplausos y vítores.
Con una sonrisa firme, el nuevo alcalde cerró su discurso afirmando con orgullo: “Soy joven, musulmán y un socialista demócrata. Y no tengo nada de qué disculparme. Nueva York seguirá siendo una ciudad de inmigrantes, construida por inmigrantes y, desde ahora, liderada por un inmigrante”.